No es cierto que haya dos Españas y que una de las dos nos vaya a romper el corazón. Realmente hay muchas más: la de izquierdas y la de derechas; la nacionalista y la española; la del norte y la del sur; la empresarial y la agrícola; la blanca y la blaugrana; la monárquica y la republicana; la que quiere selecciones deportivas autonómicas y la que quiere ser europea... La pobre y la rica.

Sigue habiendo una España rica y una España con problemas. La renta disponible por habitante en el País Vasco y Navarra casi dobla la de Extremadura y Andalucía. Las desigualdades entre autonomías son enormes y no se pueden analizar sólo por razones políticas -- Galicia o Murcia también están en la cola--, sino, tal vez, por razones de partida. Todos nacemos igual, pero no da lo mismo hacerlo en una familia con posibles que en una familia desheredada de la fortuna. El sur sigue siendo el pariente pobre y con incierto futuro.

Pero hay datos sorprendentes. Mientras la compra de coches aumentó en España en un 22,5 por ciento entre 1998 y 2003, en Murcia -- con la tercera renta familiar disponible por habitante más baja-- el aumento de matriculaciones en ese mismo período fue del 137,4 por ciento. O nadie tenía coche en Murcia, lo cual no parece lógico, o no se explica la repentina pasión murciana por el automóvil.

La tercera autonomía con mayor actividad económica- después de Cataluña y Madrid- es Andalucía que, sin embargo es una de las de menor renta. Eso sí, bares nos sobran, 7 por cada mil habitantes --yo tengo la sensación de que hay más--, el doble que en los países de la Unión Europea. Las penas con bar son menos. Pero no es sólo eso. Hay dos Españas incluso en la economía: la que se busca la vida y la que vive de ´papá Estado´.

* Periodista