Las investigaciones del Ministerio de Trabajo han permitido descubrir en Extremadura cerca de doce mil empleos sumergidos --que oficialmente no existían-- a lo largo de los últimos cinco años, la mayoría de ellos en el sector agrícola. Y es que la región es, según los últimos estudios realizados sobre economía sumergida, una de las comunidades donde más se ha generalizado en los últimos años la existencia de una contabilidad alternativa al margen de los cauces oficiales de control.

El Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales dedica gran parte de los esfuerzos de la Inspección de Trabajo a la lucha contra la denominada economía sumergida y más concretamente a detectar el empleo fantasma , es decir, trabajadores no dados de alta en la Seguridad Social o aquellos que trabajan pese a que perciben una prestación por una presunta baja laboral. En este sentido, la región, debido especialmente al gran peso que mantiene el sector agrícola, está entre las comunidades donde hay un mayor porcentaje de trabajos ocultos.

RESULTADOS

Así, sólo en los últimos cinco años las inspecciones han aflorado 11.942 empleos que hasta entonces no existían oficialmente. Si se analiza la evolución de los datos a lo largo de los años, éstos desvelan que mientras históricamente la mayor parte de estos nuevos contratos aparecían en la provincia de Badajoz desde el 2001 la tendencia se ha invertido y es Cáceres la que lidera la creación de empleo por esta vía extraoficial.

A esto hay que sumar que las empresas responsables de estos trabajadores han sido obligadas a pagar más de 30 millones de euros desde 1998 en concepto de multa y, sobre todo, de cuotas atrasadas a la Seguridad Social.

La economía sumergida en Extremadura supone el 41,8% de su Producto Interior Bruto (PIB), es decir, 4.380 millones de euros (casi 729.000 millones de pesetas), una cifra que sitúa a la región en los puestos de cabeza autonómicos en cuanto al peso del dinero negro en su economía regional y muy por encima de la media nacional, que actualmente ronda el 19%.

Estos datos se desprenden del último estudio elaborado en España sobre la economía sumergida, realizado por el Consejo Económico y Social de Andalucía (CES), en el que Cáceres y Badajoz figuran entre las diez primeras provincias españolas en lo que se refiere a la incidencia del dinero y el trabajo en negro.

EL PERFIL

Este tipo de economía suele darse especialmente en pequeñas empresas que requieren trabajadores con escasa cualificación laboral y que utilizan procedimientos de baja complejidad tecnológica. Por sectores, además del agrario hay un gran volumen de economía sumergida en el servicio doméstico, la confección, la construcción, la hostelería, el alquiler de viviendas y el comercio al por menor.