Más de un centenar de tanques y vehículos acorazados de Estados Unidos irrumpieron ayer en Bagdad, en una nueva exhibición de fuerza que en esta ocasión llegó a alcanzar hasta el corazón mismo de la capital iraquí donde, en un gesto cargado de simbolismo, derribaron a bombazo limpio dos estatuas de Sadam Husein. "Sabemos que ya no controla gran parte de Irak", sentenció el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, aunque continúa sin saberse el paradero o la situación en la que se encuentra el dictador iraquí.

La resistencia de las tropas del régimen de Sadam a la nueva incursión estadounidense fue "digna de respeto", dijo desde el comando central de EEUU en Doha (Qatar) el general Vincent Brooks. En Washington, el jefe del Estado Mayor Conjunto de EEUU, general Richard Myers, añadió que la actuación de las fuerzas iraquís "no parece muy coherente". "Lo más que pueden hacer es lanzar ataques esporádicos" contra los soldados estadounidenses. No obstante, también advirtió de que las unidades especiales de la Guardia Republicana podrían ser "adversarios más difíciles".

ASALTO AL PALACIO DE SADAM

Las tropas de la Tercera División de Infantería que entraron ayer en Bagdad al amanecer asaltaron el palacio presidencial de Sadam, que había sido bombardeado intensamente desde el inicio de la guerra. El complejo palaciego ocupa más de dos kilómetros y se extiende a lo largo de la orilla occidental del río Tigris. El mismo edificio incluye diversas casas que pertenecen a miembros de la Guardia Republicana de Sadam, las tropas de élite del régimen.

Según los corresponsales en la zona, los soldados seguían anoche en el interior del palacio, donde EEUU establecerá un centro de internamiento para prisioneros de guerra. Según afirmó el general Myers, Washington tiene ya más de 7.000.

Además, según el coronel Pete Bayer, las tropas estadounidenses tomaron un segundo palacio situado en el centro de Bagdad. El ministro de Información del Gobierno iraquí, Mohamed Said al Sahaf, negó que los aliados hubieran llegado a entrar en ninguno de estos complejos presidenciales. La sede central del partido Baaz, situada junto al palacio principal, quedó completamente destruida.

"Hemos asegurado el control del aeropuerto y de la mayoría de las principales carreteras", aseguró también Myers. "Pero aún queda trabajo difícil por hacer en Irak", añadió el general.

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