Decidido a "no esconderse" ante la crisis, el presidente de la Junta reconoce la complicada situación económica --contra la que asegura que no hay "un antibiótico específico"--, pero se muestra optimista y asegura que empezará a invertirse el año próximo. Entretanto, Vara defiende la gestión del Gobierno y aboga por reivindicar lo que ha significado la autonomía para Extremadura.

--El Día de Extremadura lanzó la idea de convocar "una concentración" para reivindicar la España de las autonomías. ¿No teme que sea una de esas propuestas estrella que pueden terminar estrellándole?

--No, no es ninguna propuesta estrella, es el deseo de que estos 25 años puedan tener un colofón, en el que reivindiquemos dos cosas: lo que ha representado para Extremadura la autonomía y la España de las autonomías. En momentos, además, en los que en algunos sitios discuten el modelo. Y como los Gobiernos normalmente no deben convocar manifestaciones, yo he instado a las fuerzas políticas y sociales a hacerlo e, inmediatamente, como secretario del PSOE, he cogido el guante. Es decir, el PSOE está dispuesto a participar, sin protagonismo, en una concentración de reivindicación de la autonomía, antes de que acabe el año.

--¿Pero acaso está en peligro, como preguntan desde el PP?

--No, no está en peligro, pero hay otros que reivindican otras cosas. Uno se puede acostumbrar a la autonomía como si fuera algo que ha estado siempre ahí, es bueno que sepamos que esto solo tiene 25 años y ha sido un proyecto colectivo. Y si el PP cree que no hace falta decirlo, que no participen. Pero yo no quiero que esto tenga ningún protagonismo, sino el de la sociedad en su conjunto. Y si hay una mayoría que esto no lo ve, pues no se hará.

--Sin embargo, en su día se mostró contrario a la decisión de llevar el debate sobre la refinería a la calle, con la manifestación del PSOE en Villafranca de los Barros. ¿No podría ocurrir algo similar?

--No, porque aquí no hay ningún debate. ¿Hay alguien en Extremadura que piense que el Estatuto de Autonomía no le ha dado la vuelta a esta región? ¿Que piense que no nos ha ido bien con la España de las autonomías?

--¿Pero no podría servir como argumento en contra de ese planteamiento si consigue poca participación?

--Pues si tuviera poca participación sería porque hubiera poca implicación de la gente. Y si no hay implicación, si los sectores sociales no se implican en esto y no lo ven, pues no se hará.

--Por ahora, algunos agentes sociales sí han mostrado su apoyo, ¿pero cree que ese respaldo se extenderá a los ciudadanos?

--Creo que los ciudadanos están bastante concienciados. Ha habido mucha gente, en estos meses, que se han sentido profundamente indignados cuando han escuchado decir ciertas cosas a determinados políticos de otras comunidades. A lo mejor es una oportunidad para decir: "nosotros no insultamos, pero aquí estamos, muy orgullosos de lo que tenemos y somos, porque lo hemos logrado entre todos".

--Otro tema destacado en su discurso fue la educación, que definió como la "auténtica palanca de transformación de los pueblos". ¿Puede serlo con los índices de fracaso escolar que presenta?

--Los índices de fracaso escolar han disminuido sensiblemente desde que se asumieron las competencias y lo que quería poner de manifiesto era que es posible que disminuyan aún más. Como ha ocurrido, simplemente, poniendo en marcha el plan de refuerzo en la ESO, donde los resultados han mejorado cuatro puntos sobre el curso anterior.

--Pero el estudio más reciente hablaba de una reducción de solo dos puntos en seis años.

--Hay distintas cifras, se manejan desde dos hasta seis puntos, en función de cuáles sean las fuentes. Lo que sin duda alguna yo me atrevo a decir, con todas las letras y en mayúsculas, es que la calidad de la educación en Extremadura nada tiene que ver con la de hace ocho años, cuando asumimos las competencias. Y yo soy padre y he tenido hijos estudiando antes y después.

--También llama la atención que, aunque sigue entre las de mayor calidad del país, la sanidad extremeña pierde puestos en este ránking por la percepción del ciudadano. ¿Por qué?

--Porque está claro que cuanto más se ofrece, más se demanda. Por ejemplo, cuando hace apenas cinco años en Extremadura no había unidades del dolor, no podía haber ninguna queja respecto a esos servicios, sencillamente la gente sufría. A medida que se ha ido ampliando la oferta, eso ha ido generando demanda. Pero ya me daría yo con un canto en los dientes si durante muchos años a la sanidad (servicio utilizado por el 100% de la población, que tiene una frecuentación de 20 millones de ciudadanos al año en una región de un millón) le pudiera la gente seguir dando un bien como nota.

--Aunque no hay datos similares a los de sanidad, el Servicio Extremeño Público de Empleo (Sexpe) también es uno de los más cuestionados, sobre todo en épocas de malas cifras, como la actual. ¿Cree que podrá cumplir su promesa de los 60.000 empleos?

--Creo que los puestos de trabajo no los genera el Sexpe, sino las empresas. Quien piensa que la solución del desarrollo económico está en manos de los funcionarios se equivoca. Lo que yo pretendo, y lo digo en un momento difícil --probablemente en una crisis como no ha habido antes, con tantos elementos colaterales (precio del petróleo, crisis financiera, parón inmobiliario...)--, que podamos seguir desarrollando nuestras estrategias para que, una vez que nos recuperemos, la región pueda seguir creciendo al ritmo que iba y estoy seguro que en ese escenario vamos a ser capaces de crear empleo al ritmo que se estaba creando.

Evidentemente, hay una situación que hace un año y medio nadie se planteaba (pasar de crecer al 4 al 1%), pero lo que los ciudadanos entienden muy bien es que uno no se esconda. La responsabilidad de la situación económica es internacional, de muchos factores, pero la responsabilidad de buscarle solución es mía. Y yo me sitúo a la cabeza, reconociendo el problema, y voy a hacer todo lo que esté en nuestras manos, a sabiendas de que hay cosas sobre las que no podemos intervenir.

Esta situación económica es como una enfermedad; hay algunas que tienen un tratamiento específico, un antibiótico, y se curan en 48 horas, pero hay otras, como esta, que no, entonces hay que tratar los síntomas (tos, fiebre...). Ahí sí podemos intervenir todos (la Administración, Europa, los bancos...). Lo que no puede ser es que sea solo una batalla del PSOE contra la crisis, porque ocurre lo que está pasando: el PSOE luchando contra la crisis y el PP contra el PSOE.

--Pero hay cierta sensación de falta de acción.

--Pues en julio del año pasado, cuando aún no había crisis, yo planteé pactos a la oposición para favorecer la estabilidad política. Y convoqué a los sindicatos y a los empresarios para lograr también estabilidad social y firmar hasta ocho planes, como el de desarrollo empresarial o el de fomento del empleo, con ayudas importantísimas como la subvención de hasta 9.000 euros por contratar a un trabajador. También se ha iniciado el plan de infraestructuras, me he reunido con todo el sector de la construcción, con las entidades financieras... ¿Qué queda por hacer?

Lo que ocurre es que los ciudadanos pueden estar pidiendo es el antibiótico selectivo de la enfermedad y ese hoy por hoy no lo tenemos. Porque en España se estaban construyendo 800.000 viviendas cuando la demanda era de 400.000, hasta que se saturó el mercado y se vino abajo. Aumentó el precio del petróleo y eso hace que los ganaderos paguen mucho más por los fertilizantes... Y todo eso tiene que ir acompasándose, aunque yo soy optimista y tengo una enorme confianza en Extremadura y el resto de España. Si la inflación disminuye en los próximos meses, el ciudadano verá que se está saliendo de la crisis, y esto ocurrirá cuando lo note en su bolsillo, que es cuando bajen los tipos de interés y los precios. Y, sobre todo, cuando seamos capaces de decir que se ha dejado de destruir empleo, lo que creo que ocurrirá a lo largo del año que viene, porque las cosas se están haciendo bien.

--¿Entonces el Gobierno está funcionando como esperaba? ¿No habrá cambios?

--No, confío plenamente en el Gobierno. Estoy muy satisfecho con un Gobierno que está trabajando mucho, en cosas que se ven y otras que se ven menos. O sea, detrás de la solución del problema está continuar cambiando --que lo llevamos haciendo muchos años--, el modelo de desarrollo y eso se ve analizando el peso que tienen en el PIB de Extremadura los distintos sectores: qué peso tenía la agricultura hace 20 años y qué peso tiene ahora, qué peso tenían los servicios...

--Aún así, agricultura y construcción siguen siendo esenciales.

--Sí, mucho menos que hace 20 años, pero más de lo que nos gustaría. A pesar de que la agricultura en Extremadura siempre tiene que tener importancia, lo que pasa es que ahora es una agricultura mucho más competitiva.

--Además, en algunos de sus proyectos más novedosos, como el Consejo de Grandes Ciudades, parece que se ha avanzado poco. ¿Es el momento de dedicarse a problemas más acuciantes?

--No se ha avanzado poco. La próxima semana vuelve a reunirse el Consejo de Grandes Ciudades y a lo largo de este año hemos estado trabajando y vamos a llevar ya algunas conclusiones. Lo que pasa es que no estamos todo el día proclamándolo, porque nos parece que tenemos que centrar todas nuestras energías en mejorar la situación económica.

--Donde no se está logrando que los extremeños se impliquen mucho es en el proceso de reforma del Estatuto de Autonomía. ¿Coincide en esa percepción?

--Hay que recordar que la votación el Estatuto de Cataluña no superó el 50%, en una comunidad en la que teóricamente viene de mucho más lejos la identidad autonómica. Es que es difícil, no todo el mundo lee los periódicos ni le presta la misma atención a las cosas. Lo que sí puedo asegurar es que el ciudadano valora la autonomía y el trabajo de la Junta, entre otras cosas porque lo critica, y solo se critica lo que se valora. A mí me gusta que la gente escriba cartas al director, se quejen al defensor del usuario o me envíen correos, porque es señal de que confían en las instituciones.

--Otro tema relevante para la economía extremeña es la fusión de las cajas. ¿En qué punto está el proceso?

--Ese asunto no depende de mí. Yo no puedo decirle a ningún Consejo de Administración --de Caja Extremadura, Caja Badajoz o el Grupo Zeta-- con quién se tiene que fusionar. Lo que no puedo renunciar es a decirle a instituciones que se rigen por una ley del parlamento extremeño la opinión de los representantes políticos sobre el fortalecimiento del sistema financiero.

Por ello, no voy a permitir es que haya temas de los que no se pueda hablar y luego digamos que sería bueno fortalecer el sistema financiero, que eso puede llamarse fusión o trabajar más juntos o desarrollo de productos comunes. Entonces, ¿cómo prestan mejor servicio a la población? Esa es la pregunta la que nos comprometimos a dar respuesta en el seno de la comisión parlamentaria que está trabajando y que al final de este año se pronunciará. Pero no vamos a decirle a las cajas lo que tienen que hacer.

--En cuanto al proyecto de construcción de una refinería en Extremadura, ¿puede peligrar por las alegaciones de la Junta de Andalucía al oleoducto?

--Espero que no. Las alegaciones de la Junta de Andalucía no se pronuncian sobre la viabilidad del proyecto, sino sobre las alegaciones que pueden modificarlo. Por eso, nosotros hemos dicho siempre que era un proceso enormemente garantista, porque permite en varias ocasiones que la gente diga su opinión y adaptar su proyecto al resolver los problemas que se van encontrando. Es normal que cuando se abre un proceso de alegaciones la gente se pronuncie y diga lo que piensa.