Qué está motivando el deterioro de la alimentación infantil?

--Por regla general, el incremento de la prosperidad ha acarreado un incremento en los desajustes nutricionales en todos los países, de manera que en España en general, y en Extremadura en particular, la tasa de obesidad infantil ya está entre el 10% y el 15%, el doble que hace diez años, y acercándose a la de Estados Unidos, que ronda el 25%. De hecho, y puesto que un niño obeso tiene muchas posibilidades de ser un adulto obeso, a lo que se une que el 40% de los niños con sobrepeso acabarán padeciendo obesidad cuando sean adultos, ya se considera que este problema es la gran epidemia de este siglo.

¿Y por qué se produce este problema?

--A la alimentación inadecuada para la edad, ya que no hay que olvidar que la nutrición es importante para el adulto, pero fundamental en el periodo de crecimiento del niño, se une un descenso en el ejercicio físico, con actividades más sedentarias, porque los niños tienen como principal modelo a los padres, y esa es la tendencia que se da en los adultos.

¿Hay alguna forma de corregir la situación?

--Aquí estamos en mejor disposición que en los países anglosajones. Por una parte, el problema aún no tiene la misma dimensión, y por otra, nosotros tenemos una larga tradición de dieta mediterránea que sólo tendríamos que recuperar.

¿Ve posible que se corrijan los malos hábitos o es muy complicado ir contracorriente?

--Dependerá de que la sociedad extremeña se conciencie sobre el alcance del problema. Ahí es fundamental, como ya he dicho, el ejemplo de los padres, pero también la colaboración de los educadores y el consejo de los sanitarios, que son los que pueden dar orientaciones más precisas. Así, sería muy importante, por ejemplo, recuperar la lactancia materna, porque está comprobado que de ese modo los niños presentan menos problemas de obesidad. En cuanto al ejercicio físico, no se trata de prohibir la tele o los videojuegos, sino de colocar cada cosa en sus justos términos, y estimular, también con el ejemplo, la realización de alguna actividad física de manera regular.

En cuanto a la alimentación infantil en sí, ¿dónde ha detectado las mayores deficiencias?

--Especialmente, en el abuso de las calorías huecas , es decir, aquellos alimentos como precocinados o bollería industrial que aportan un exceso de calorías en forma de grasas, en detrimento de otros. Por contra, alimentos como las frutas y verduras, sobre todo, son la principal deficiencia. Respecto a los lácteos, no se trata sólo de tomarlos, sino, como el resto de alimentos, consumirlos en su justa medida: decir que un niño toma leche no es suficiente, tiene que tomar no menos de medio litro al día, si no, hay un déficit. Otra cuestión importante es la distribución de las comidas, un equilibrio entre la aportación calórica del desayuno, la comida y la cena, sin olvidar tomar algo a media mañana y merendar.

En lo que ha comentado de la concienciación, ¿qué papel juegan los medios de comunicación?

--La televisión ha contribuido mucho a introducir, por imitación, un estilo de vida ajeno al nuestro, que ya no sólo aparece en las series extranjeras, sino que se refleja en las españolas y en muchos anuncios, donde se identifica cierta comida o cierto modo de comer con la modernidad .

Y nuestra propia cultura, ¿no tiene también culpa?

--Sí, claro. También hay mitos que deberíamos desterrar, como el de que un niño gordo es lo mismo que un niño sano, cuando la verdad es que el niño tiene que estar en su peso, para que esté sano y sea un adulto sano.