Hipólito Ruiz no es únicamente el presidente de la Asociación Extremeña de Transporte Escolar. Como conductor profesional, lleva muchos años recorriendo todo tipo de carreteras por la región para que los niños puedan asistir diariamente a las clases. Por eso sabe de lo que habla.

"La verdad es que las carreteras de la región están mucho mejor que hace 20 años", reconoce. Bajo su punto de vista, apenas quedan vías que presenten malas condiciones y las que tienen problemas se localizan mayoritariamente en la red secundaria, vías de carácter comarcal o pequeñas vías de comunicación entre pueblos, pedanías o simplemente caminos rurales asfaltados.

Como muestra de esa mejoría, apunta, "el pavimento suele presentar buenas condiciones", aunque pone un pero: la suciedad. "Sí que están algo sucias, pero en la mayoría de los casos es culpa nuestra, de los propios conductores, que somos quienes las usamos sin preocuparnos de nada", apunta. Y como consecuencia de ello, los pequeños incidentes: "En el asfalto suele haber demasiada tierrilla o piedras pequeñas y cuando vas detrás de otro vehículo pesado es muy frecuente que un china impacte en la luna y la rompa".

El, como presidente, conoce la situación de la mayor parte de la región gracias a las quejas que le trasladan sus compañeros, y por eso asegura que las carreteras extremeñas son "bastante seguras".

Cambios de ruta

El diagnóstico es similar desde otro colectivo del sector. Tomás, como representante de la Asociación Regional de Transportistas por Carretera, reconoce que también en seguridad se sigue avanzado. "En las vías principales no hay problemas, pero en las secundarias te encuentras de todo. Son carreteras que en muchos casos tienen arcenes insuficientes, a las que les faltan quitamiedos, son muy sinuosas, estrechas, y tienen curvas muy cerradas", comenta.

Tomás apunta que la cubierta de las carreteras es ahora mucho más consistente y las Administraciones se preocupan más para corregir los tramos conflictivos. Aunque insiste: "En secundarias persiste el parcheo, sobre todo en las que dependen de las diputaciones, porque son menos transitadas y quizá no salga rentable hacer mucho más".

Pero la situación en algunas vías obliga incluso a desviar el tráfico. Ocurre, según explica, con el acceso a Fuente del Maestre desde Almendralejo, o en algunos accesos a Arroyo de San Serván. "Las autoridades tienen limitado el peso en algunas zonas y nosotros tenemos que hacer grandes rodeos para llevar las cargas a las localidades del destinatario".

Otro punto de vista es el de los moteros. Ellos recuerdan que cualquier tipo de obstáculo en la carretera puede originar una caída y que apenas cuentan con elementos de protección para el cuerpo. En este sentido, desde el Instituto de Seguridad Vial de Mapfre recomiendan que se elimine la pintura deslizante de los pasos de cebra y señales viales; incrementar coeficiente de rozamiento del asfalto y la protección de los postes de los quitamiedos para evitar amputaciones ante una caída.

En este sentido, los diferentes moteros consultados vuelven a señalar con el dedo a la vías secundarias como las más peligrosas. "En la mayoría de la vías no existe ni arcén, que es un elemento esencial para la circulación de los ciclomotores, y en otros muchos casos se encuentran en muy malas condiciones, con tierra o agrietados, lo que incrementa el riesgo. Pero también es cierto que se está mejorando".