--El pacto de la energía aleja el ATC de Albalá. ¿Más tranquilo?

--Yo he estado siempre muy tranquilo: si ponen el ATC en Albalá, me voy a mi casa y el Gobierno y mi partido que lo asuman.

--¿Pero en ese envite no ha jugado con ventaja?

--No, a mí no me ha asegurado el Ministerio de Industria que en Extremadura no se vaya a poner. ¿Y que se vayan a poner de acuerdo los partidos significa que no va a haber almacén nuclear? Porque la decisión la tendrán que tomar...

--¿Podría decir también que se va si no hay AVE en el 2013?

--No, porque no es igual.

--¿En qué sentido?

--Porque AVE vamos a tener y no es razonable decir que en función de que sea un año antes o después se deja la Junta, que es algo serio.

--Ahora hay una gran crisis en el buque insignia de la industria extremeña, Balboa. ¿Cómo la ve?

--Con idéntica preocupación a la que tengo desde hace dos años, cuando hablo con las empresas del impacto de la caída de la demanda. Pero cabe preocuparse o preocuparse y ocuparse y si es una planta dimensionada para producir dos millones de toneladas y no llega a la mitad, no puede mantener la plantilla. ¿Dónde puede haber dudas? En si los mercados se recuperarán y ahí puede estar la falta de acuerdo.

--La que hay, de hecho.

--Por eso la autoridad laboral tendrá que tomar una decisión en función del histórico de estos meses, la negociación... Y será la más justa.

--¿Una solución temporal?

--Es que yo no soy la autoridad laboral, que es el director de Trabajo, al que no quiero cargar más peso. ¿A mí, como presidente, qué me gustaría? Que Gallardo estuviera produciendo el doble, pero no podemos darle la espalda a la realidad y estamos intentando salvar una empresa y salvar el máximo de empleos.

--Sobre otro proyecto de este empresario, la refinería, ha preguntado el alcalde de Los Santos al Ministerio de Medio Ambiente.

--Yo esperaré a que haya una declaración de impacto ambiental para contar toda la historia; mientras no interfiero. Nadie como yo sé sabe los pormenores de este tema.

--¿Habrá que esperar mucho?

--Mucho ya no puede tardar.

--¿Cuánto?

--No me atrevo a dar cifras, porque ha habido momentos en que quien ha pedido ampliar plazos ha sido la empresa. Parece como si se hubiesen presentado unos papeles hace dos años y, desde entonces, el Ministerio los estuviese estudiando y no es así. Una declaración de impacto no es revisar unos papeles y decir sí o no, se piden ampliaciones, correcciones... Y solo con todo completo, se resuelve.

--Es decir, que el proyecto inicial tenía deficiencias.

--Tenía insuficiencias, como todos. No habrá ningún proyecto de impacto que no sea objeto de requerimientos. Además, han pasado dos cosas desde que se presentó: la disposición europea que obligó a dar audiencia al país vecino y que se han producido vertidos. El problema de los vertidos no es que se produzcan, es que no se sepa actuar de inmediato, que es lo que le ocurre a BP. El riesgo 0 no existe, puede existir el riesgo 0,1 y tener previsto qué ocurrirá si pasara algo. Y es lo que está haciendo que este proyecto sea enormemente garantista que, por cierto, fue lo que siempre pedimos.