El primer año de gestión sanitaria de la Junta no satisface en líneas generales a los colectivos sindicales. Los sindicatos profesionales Satse y Simex creen que todavía es pronto para valorar con detalle la labor del Servicio Extremeño de Salud (SES), aunque consideran que se ha centrado demasiado en cuestiones de infraestructura y poco en las de personal, mientras que las secciones de UGT y CCOO tampoco avalan el trabajo desarrollado hasta el momento.

El secretario general del Sindicato Médico de Extremadura (Simex), Fernando Pérez Escanilla, tiene claro que el Servicio Extremeño de Salud "todavía está inmaduro", especialmente en todo lo que se refiere a materia de personal. A su juicio, en este primer año de competencias sanitarias, el discurso de la Junta "se ha volcado con las infraestructuras, pero muy poco con los profesionales".

Por eso, explica que el 2003 será un año clave para la negociación sindical en aspectos tan importantes como la implantación de las 35 horas, la coordinación entre atención primaria y especializada y el sistema de sustituciones. A esto hay que sumar, asegura, la necesidad de reforzar las plantillas, ya que, sólo en Atención Primaria hacen falta unos 200 médicos y "hay serios problemas en las contrataciones y las sustituciones".

Como resumen, indica que "teníamos unas expectativas que no se han cumplido", aunque reconoce que "sí que ha habido avances en lo que se refiere a la consolidación del empleo". Con todo, considera que "o espabilan o se les va a echar el tiempo encima", asegura.

Por su parte, Damián Cumbres, secretario regional del sindicato de Enfermería Satse, afirma que para los profesionales el cambio de titular en las competencias sanitarias desde enero del 2001 no ha supuesto "ningún cambio", puesto que los asuntos más importantes en el ámbito laboral "siguen pendientes". Aún así, reconoce que las expectativas de los trabajadores "se van a cumpliendo poco a poco".

SIN GRANDES CAMBIOS

No opina lo mismo Carmen Pedrero, responsable de la sección de Sanidad de CCOO, para quien "no han puesto remedios a los grandes males". A su juicio, no ha habido grandes cambios para los profesionales del sistema y el SES, ni tampoco ha sido un buen año para la sanidad pública, porque "han ido por la vía de la privatización de servicios". Como ejemplo cita el hospital de Zafra, que "es poco más que un servicio de urgencias", o las cifras sobre listas de espera, ya que "esperar seis meses o más es una barbaridad".

En este sentido, Felipe Bachiller, secretario del sector de Sanidad de FSP-UGT, asegura que la política sanitaria de la Junta "no satisface las expectativas creadas por los empleados públicos y usuarios antes del proceso de transferencias". Así, denuncia que sigue habiendo un déficit de camas por habitantes, se mantiene la política de privatizaciones, y hay una ausencia de una política de salud laboral, entre otras carencias.

Por contra, cree que se ha permitido "corregir los desequilibrios distributivos que existían y se han mejorado las condiciones de trabajo de los empleados públicos".