El río Tiétar permanece seco desde hace días en pleno corazón del Parque Nacional de Monfragüe. En un tramo de casi dos kilómetros, no hay corriente de agua que dé continuidad al río. De hecho, se puede cruzar de orilla a orilla sin mojarse los pies, algo inaudito desde hace años y que no deja de ser sorprendente dentro de un parque nacional que es buque insignia del turismo y la conservación de la naturaleza en Extremadura.

El tramo afectado está localizado en los Saltos de Torrejón, en la confluencia de los dos embalses existentes en Monfragüe: el de Torrejón-Tajo y el de Torrejón-Tiétar. Hasta esta última presa, el Tiétar discurre con normalidad, aunque con menos caudal que otros años debido a la falta de lluvias durante el invierno. Pero a partir del muro de contención de esta infraestructura hidráulica y durante cerca de dos kilómetros, el río apenas tiene agua. Su fondo está completamente al descubierto. Solo algunas balsas, formadas por las últimas lluvias o por arroyos y aguas subterráneas, dificultan el tránsito por él. Pero en la mayoría de zonas se puede cruzar y pasear por el lecho fluvial como si se tratara de sendero de 50 o 60 metros de ancho.

El origen de esta situación está en la sequía. La falta de precipitaciones ha mermado las reservas hídricas de la cuenca. Esto no solo pone en peligro el abastecimiento para usos humanos --sobre todo para riego-- de cara a los próximos meses, sino también --y ésta es una de las claves-- para la producción energética de las centrales hidroeléctricas. Precisamente los embalses de Torrejón-Tajo y Torrejón-Tiétar tienen esta función: generar electricidad. Y ante la falta de lluvias, hacen acopio de reservas. De hecho, la presa de Torrejón-Tiétar apenas suelta agua estos días. Solo mana un chorro que forma una gran balsa a los pies del muro de contención. Pero a partir de ahí no existe caudal hasta un par de kilómetros río abajo, donde arroyos y aguas subterráneas logran restituir el aspecto del Tiétar antes de su desembocadura en el Tajo, a la altura del puente del Cardenal.

IBERDROLA: "FALTA DE LLUVIAS" La Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) no se ha pronunciado sobre esta situación. Este diario solicitó el martes una explicación a este organismo público, dependiente del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente. Un día después, el miércoles, hizo acuse de recibo tras reiterarse la petición de información, y se comprometió a dar respuesta "a la mayor brevedad posible". Al cierre de esta edición, ayer por la noche, la confederación no había contestado.

Por su parte la compañía eléctrica Iberdrola, concesionaria de la gestión del embalse y propietaria de la central hidroeléctrica Torrejón-Tiétar, achacó la falta de agua en este tramo del río a las bajas reservas del embalse de Alcántara, cuyo vaso está a 45 kilómetros aguas abajo del río Tajo. "El pie de la presa del Tiétar es cola del embalse de Alcántara. Su cota está más baja de lo habitual en estas fechas debido a la falta de precipitaciones en el presente año hidrológico" fue la única explicación que ofreció la empresa, sin querer entrar en el impacto que esto genera sobre la fauna del río y del parque y sin concretar si existen o no caudales mínimos establecidos para este tramo del Tiétar.

Los dos embalses de Torrejón (Torrejón-Tiétar y Torrejón-Tajo) suman estos días unas reservas de 169 hectómetros cúbicos de agua, situándose casi al 90% de su capacidad máxima. Es decir, está por encima de la media de la última década a estas alturas del año y también por encima de la cota que tenía a principios de abril del año pasado, pese a que el otoño del 2010 y el invierno y la primavera del 2011 fueron muy húmedos. La situación de estos dos embalses también choca con la del conjunto de presas del Tajo en la provincia de Cáceres, que tienen un 40% menos de agua que hace 12 meses.

NO ES LA PRIMERA VEZ Desde la Plataforma Ciudadana para una Gestión Digna de Monfragüe explican que esta situación de desecado del tramo del Tiétar no es nueva: "Tampoco es que sea habitual, pero sí se produce cada cinco o seis años, en época de sequías. Lo que pasa es que quizás nunca ha sido tan exagerado; otras veces dejan hilillos de agua que mantienen el cauce. Ahora ni eso".

Ya en el 2002 un episodio similar generó una fuerte controversia, con una oleada de quejas por parte de ecologistas y expertos en medio ambiente y recursos hídricos. Entonces el río también quedó reducido a su mínima expresión en este tramo. Al final Iberdrola accedió a un desembalse parcial de la presa para restablecer provisionalmente el caudal del Tíetar a su paso por Monfragüe. Fue a petición de la CHT. José Antonio Llanos, su presidente en aquellas fechas, explicó que el problema residía en que la concesión de explotación del embalse a Iberdrola es de hace medio siglo y entonces no se obligó a