"Hace poco se me acabó el contrato con una empresa de seguridad en la que trabajaba como ordenanza en la oficina de Correos de Mérida", señala Pedro, que tiene 42 años y dos hijos a su cargo, que mantiene la esperanza de poder encontrar un nuevo empleo en poco tiempo, antes de que la situación económica de la familia se vea seriamente perjudicada por la falta de ingresos. Por el momento, se mantiene sin muchas dificultades gracias a su mujer, que es autónoma. A la salida de la oficina de Sexpe, donde se acerca frecuentemente a conocer nuevas ofertas y a apuntarse a cursos, como el de conductor de camiones, comenta que el mercado laboral se encuentra "muy parado", y que aún está más complicado para quienes, como él, por su edad ya no están ni entre los jóvenes y ni entre los mayores, porque son ellos los destinatarios, según dice, de la mayoría de las ayudas y subvenciones de los organismos públicos. "De momento estoy echando currículums por ahí para ver donde nos puede salir algo. Hay que seguir intentándolo", afirma.