"No hay otro misterio para aprobar que la constancia, pero es un misterio difícil de resolver si estás trabajando a turnos en un supermercado, o tienes una familia que atender", explica Francisco Sánchez Guillén, profesor de academia.

Ha preparado a 150 alumnos que se presentan a las oposiciones y su teoría es que "se aprueban por voluntad, no es cuestión de excesiva inteligencia". Por ello insiste a sus alumnos que "deben perseverar". Los días antes de los exámenes son "de llanto y desconcierto, hacemos de psicólogos, porque están reventados y se juegan mucho". El que aprueba "pasa de ser un paria en la escala social a ser una persona con crédito en un banco".