Los apagones han costado a las dos principales compañías eléctricas de la región --Endesa e Iberdrola-- en el año 2004 en torno a 1,5 millones de euros (250 millones de pesetas), cantidad que han tenido que devolver a sus clientes en aplicación de Ley 2/2002 de Protección de la Calidad del Suministro Eléctrico en Extremadura, que entró en vigor el 5 de marzo del año pasado. Las devoluciones practicadas a los clientes son al menos 175.000 aunque podrían alcanzar las 250.000.

Esta ley, promovida por la Junta, fija unos estándares mínimos para la calidad del suministro eléctrico, establece sanciones millonarias para las compañías por fallos extremos y obliga a las empresas a devolver dinero a los clientes por los apagones imprevistos superiores a una hora. Ante las deficiencias en el suministro a los clientes, algunas comunidades han tomado la iniciativa de regular la calidad mínima del servicio en su ámbito.

La legislación extremeña establece que "las interrupciones imprevistas del suministro eléctrico continuadas y superiores en su duración a una hora comportarán la obligación para las empresas distribuidoras de contabilizar una reducción en la facturación de los consumidores afectados correspondiente al mes en hubieren tenido lugar las interrupciones de un 20% de la misma; porcentaje que será elevado en dos puntos porcentuales por cada hora o fracción adicional".

´REFACTURACIONES´ Entre el 5 de marzo y el 31 de diciembre pasado Iberdrola ha realizado en Extremadura unas 140.000 devoluciones, aunque puede ser que a un mismo cliente se le haya indemnizado en más de una ocasión, explica Ana Lafuente. Estas 140.000 refacturaciones llevaron aparejadas la devolución de 800.000 euros (más de 133 millones de pesetas) a sus abonados.

Pero esta cantidad se ha quedado incluso por debajo de las previsiones de Iberdrola, algo que Lafuente achaca a la mejora del servicio. "Es importante destacar en qué contexto de calidad nos hemos movido este año (2004): 2,72 horas tiepi (tiempo de interrupción sobre potencia instalada) de media en todo nuestro ámbito de distribución en Extremadura, es decir, se ha tenido una disponibilidad del 99,97%, valor que supone una mejora de más del 25% frente al año pasado", explica la delegada.

La obligación de indemnizar a los clientes afectados en un plazo no superior a tres meses desde que se produce incidencia ha obligado a las compañías a modificar su sistema de facturación. Endesa sólo dispone de los datos del primer trimestre de aplicación de la normativa --marzo, abril y mayo del 2004--, periodo en el que indemnizó a 34.465 clientes con 236.638 euros. Si se realiza una extrapolación de estos datos al resto del año, resultarían cifras similares a las de Iberdrola. Endesa asegura que las primeras devoluciones se hicieron de forma manual factura a factura pero que ya está a punto un sistema automático.

Ana Lafuente afirma que la dificultad de la distribución eléctrica en Extremadura se complica por la dispersión poblacional y se muestra contraria a una regulación regional de la calidad del suministro. No comparte que la regulación que fija la retribución económica a los distribuidores --el dinero que destina el Estado a las compañías por suministrar energía, al tratarse de una actividad regulada-- sea nacional y, sin embargo, los niveles de calidad del servicio los establezca la comunidad autónoma.

Sólo el 25% de los cortes de luz de Iberdrola en la región son superiores a una hora. En virtud de la amplitud de la red extremeña, Iberdrola ha automatizado buena parte de las operaciones, de tal forma que mediante órdenes telemandadas se pueda aislar una incidencia y limitar la incidencia de un fallo.