Tener que emigrar de Extremadura para poder trabajar no es un fenómeno del pasado ni tampoco es aislado. Al menos así lo constatan los últimos datos de movilidad hechos públicos por el Observatorio Ocupacional del Servicio Público de Empleo, que constatan que durante el pasado año 54.982 extremeños salieron de la región para trabajar en otra comunidad autónoma.

Este estudio pone de manifiesto que la movilidad geográfica en España ha experimentado en el 2005 cierto estancamiento respecto a ejercicios anteriores, con lo que se ha roto la tendencia claramente ascendente del último lustro. Ejemplo de ello es el caso de Extremadura, donde la cifra de trabajadores que salieron de la región durante el pasado año apenas fue apenas un 2% superior a del año 2004. Pese a ello, el perfil de este tipo de empleados sigue siendo el de un varón de entre 25 y 34 años que tiene la Comunidad de Madrid y Andalucía como principales destinos laborales. Además, mayoritariamente se dedican a actividades relacionadas con la construcción, como la mampostería y la albañilería, o bien con el sector servicios.

En este sentido, desde el Observatorio Ocupacional se destaca que la región pertenece al grupo de comunidades en las que la tasa de salida es alta, mientras que la de entrada es baja. "Son eminentemente emisoras y escasamente receptoras de trabajadores. Las que presentan esta situación de forma más acusada son Extremadura y Asturias", apunta.

Balance negativo

De este modo, el balance entre los empleados que llegan desde otras zonas del país y los que salen de Extremadura no es ni mucho menos positivo en términos numéricos: durante el 2004 casi 55.000 trabajadores abandonaban la región con fines laborales y solo entraron 14.120. Es decir, se produjo un saldo negativo de 40.862 ocupados.

Sin embargo, esto contrasta con la tendencia que siguen en los últimos años estos dos fenómenos del mercado laboral. Así, mientras en la emigración se está detectando cierto estancamiento, el número de personas que vienen a Extremadura a trabajar aumentó el año pasado un 8,5%. Pese a ello, la región sigue a la cola del país en lo que a la tasa de entrada se refiere. De hecho, Badajoz es la provincia con menor proporción de trabajadores foráneos (apenas un 4,6% de toda su mano de obra).

En este caso, se trata mayoritariamente de varones procedentes de Andalucía, con edades comprendidas entre los 25 y los 34 años, pero preferentemente dedicados a la agricultura, la ganadería y la caza, o a actividades relacionadas con ellas. Además, trabajan por cuenta ajena y tienen algún tipo de cualificación.

Los grandes flujos

A pesar de que la cifra de trabajadores que dejan Extremadura para ocupar un empleo en otra comunidad autónoma es cuatro veces superior al de los ocupados que llegan, la región sigue fuera de los grande flujos de movilidad laboral que se producen dentro de España. En este sentido, Madrid es el principal receptor de mano de obra, sobre todo procedente de Andalucía y las dos Castillas. Pero además, se están produciendo nuevos movimientos, como los registrados desde la Valencia a Murcia o de Madrid a Castilla-La Mancha.