Hace tiempo que los comerciantes chinos dejaron de montar únicamente restaurantes y pequeños todo a cien . De los bazares de barrio han pasado a inmensas naves y locales en los que se encuentra casi de todo y a unos precios con los que difícilmente puede competir un comercio tradicional. Solo en los últimos meses se han puesto en marcha seis establecimientos de este tipo en Cáceres, Badajoz, Mérida y Plasencia, un dinamismo que choca con los actuales tiempos de crisis.

Su presencia en el sector hostelero también es cada vez mayor. Y no solo por los Wok (megabufets de comida asiática), sino que también se están haciendo cargo de bares y restaurantes tradicionales que, una vez adquiridos, ya no se transforman en negocios de gastronomía típica de su país.

En ciudades como Barcelona, los chinos realizan la mitad de los traspasos de locales, acaparando peluquerías o supermercados. ¿Seguirá Extremadura esta tendencia? "Cualquier negocio que esté razonablemente bien de precio y bien situado, lo van a coger", pronostica Arcadi Ballester, encargado de Big Home, un superbazar chino de unos 1.200 metros cuadrados de superficie inaugurado hace un mes en Cáceres. No es el único establecimiento de este tipo que ha abierto sus puertas recientemente en la capital cacereña, que ya cuenta con otro similar en una nave industrial de Aldea Moret.

Además de con los precios, la otra gran baza de las tiendas regentadas por la comunidad china son los horarios. Muchas de ellas permanecen abiertas los siete días de la semana algo que por ley los establecimientos de más de 300 metros cuadrados no pueden hacer. "Estamos hartos de pedir a la Dirección General de Comercio y a las distintas concejalías de Comercio que pongan un poquito de vigilancia para que cumplan con la ley igual que hacen el resto de establecimientos que hay en la comunidad autónoma, pero no nos hacen caso", lamenta Emilio Doncel, presidente de la Federación de Asociaciones de Comercio de Extremadura (Fedacoex). Doncel incide en que "en el 80% de los casos" las tiendas de mayor tamaño abren domingos y festivos de forma sistemática, lo que supone una "competencia desleal". Por lo demás, apostilla, "si están dentro de la ley, perfecto".

Lam Chuen Ping, presidente de la Unión de Asociaciones Chinas de Cataluña, explica que esta enorme capacidad de trabajo se cimenta sobre bases culturales. "No sabemos estar sin hacer nada. El chino prefiere quedarse con un pequeño comercio donde es necesario trabajar 20 horas que estar de brazos cruzados. Yo no conozco a ningún chino que esté en paro", argumenta. Hay, sin embargo, quien pone algunos matices: "Echan muchas horas, pero a su ritmo. Es difícil verlos estresados", cuenta el empleado español de uno de estos bazares.

Hanxiong Zheng, presidente de la Asociación del Colectivo Chino de Cáceres y propietario del restaurante Pekín, asegura que también los establecimientos regentados por chinos padecen los efectos de las aperturas de locales cada vez mayores por parte de otros compatriotas. "El pez grande se come al pez chico", resume Zheng, que resalta que en alguno de estos comercios cuelga ya el cartel de "Se traspasa".

SITUACION EN BADAJOZ En Badajoz, además de las ya tradicionales naves del polígono industrial de El Nevero, donde venden fundamentalmente ropa, los comerciantes chinos están ocupando también locales céntricos. El de mejor situación y de mayor superficie (más de dos mil metros cuadrados a dos calles de El Corte Inglés) es el que ha abierto hace pocas semanas en la esquina de la avenida Villanueva y Francisco Luján, donde durante años ha estado Menaje del Hogar y un supermercado Spar. Han ocupado los dos locales con dos tiendas unidas, con ropa y también otros artículos. Otro local muy céntrico es el situado justo enfrente de la ermita de la Soledad, donde antes había una tienda de artículos infantiles y de bebé, que ahora es un negocio con todo tipo de artículos chinos.

Por otro lado, ya llevan bastante tiempo abiertas las tiendas de propiedad china en Fernando Calzadilla, que abren domingos y festivos, en Santa Marina, frente a la estación de autobuses, en la calle Santo Domingo y en Ricardo Carapeto, en San Roque. Pero los comercios no son