"Durante el mes de agosto no había espacio libre en la biblioteca". Magdalena Ortiz, directora de la Biblioteca Municipal de Mérida, explicó que tuvieron que abrir las tardes de julio y agosto, dada la gran afluencia de público que se produjeron en años anteriores.

"Esta decisión ha tenido mucho éxito, ya que ninguna biblioteca más de Mérida ofrece este servicio", apunta. Según ella, cada día acudían 600 estudiantes y se concentraban especialmente por la tarde. "Cuando abríamos a las cinco, la gente estaba en la puerta haciendo cola para coger sitio", comenta.

Pero no solo se llenaban las mesas de estudio, sino que las plazas de conexión a internet, el uso periódicos y revistas, y el préstamo de los recursos disponibles en el centro no han tenido descanso durante los meses de verano. Para Magdalena, parte del éxito de la biblioteca, además del horario, son las zonas habilitadas para el descanso. "Es importante que una biblioteca disponga de zonas donde los estudiantes puedan descansar, porque aguantan mucha presión y relacionarse unos con otros es muy beneficioso para ellos", aseguró.