Su constitución le ha permitido a Sergio, de 17 años, no tener nunca dificultades para comprar bebidas alcohólicas. El no bebe, pero desde hace ya tiempo, como siempre ha parecido mayor, sus amigos le han utilizado para comprar las bebidas que querían.

De todas formas, él asegura que si un menor quiere comprar alcohol, al menos en Cáceres, donde él reside, "no va a tener ningún problema para hacerlo", dice. "En tiendas como las de los chinos no hay absolutamente ningún problema para comprar, te venden siempre; como tampoco hay problemas, al menos casi nunca, en las multitiendas, donde tienes que tener mucha cara de niño o ser muy bajito para que te pidan el carnet", señala Sergio, que insiste en que él personalmente, por su constitución, nunca ha tenido problemas.

Sí reconoce, no obstante, que en los grandes hipermercados sí tienen problemas "porque en estos siempre te piden el carnet", una dificultad que superan con ingenio. "En los supermercados grandes es donde más baratas salen las bebidas y por eso todos intentamos comprar en ellos, pero como en estos siempre nos piden el carnet lo que hacemos es pedirles a otros chicos mayores que nos las compren", una práctica, dice, que es generalizada.

Esta es la realidad. Por un lado, las autoridades intentan con distintas normativas evitar la venta y consumo de alcohol por parte de los menores; y por otro, tiendas, bazares... las vulneran vendiéndoles bebidas alcohólicas. Y para los casos de aquellos establecimientos rigurosos con las normas, son los menores, con el apoyo de otros, los que se las saltan. Una cosa parece clara, lo dicen los propios menores: "Si quieres comprar alcohol, puedes".