César Alonso Raja, con solo dos días de vida, ya es un bebé afortunado. Dentro de unos años, sus padres, Cristian y Aurora, que residen en Torrejoncillo, seguramente le explicarán que llegó al mundo en unos años difíciles donde la crisis económica lo invadía casi todo y donde millones de trabajadores se quedaron sin empleo. Pero, ese no es su caso porque el pequeño César ha nacido con un halo de suerte. Su padre, que perdió hace un tiempo su empleo como encofrador en Guadalajara, ha sido de los afortunados ya que apenas ha tenido que visitar las temidas oficinas del Sexpe que hoy día ocupan miles de desempleados. El milagro llegó de la mano de la empresa de Coria Construcciones Martín y Cuadrado. "Al mes de irme al paro me llamaron para trabajar en las obras de la autovía entre El Batán y Coria", manifestaba orgulloso hace unos días mientras sostenía a su primer hijo en brazos en la tercera planta del hospital de Coria.

Cristian, que desde 1997 ha estado con la maleta arriba y abajo lejos de su gente obligado por los distintos trabajos en Fuerteventura, Madrid, Palencia y Valladolid, trabaja ahora a pocos kilómetros de su hogar y lo más importante es que cuando acaba su jornada laboral puede irse para su casa y estar junto a su mujer e hijo.