Personas casadas y con familia y sin aparentes problemas económicos. Este es el perfil medio del ludópata, un enfermo enganchado al juego. En Extremadura se calcula que unas 20.000 personas sufren problemas de este tipo, pero apenas un millar están decididas a resolver la situación, si se tiene en cuenta que están trabajando con la Asociación Extremeña de Jugadores de Azar en Rehabilitación (Aexjer).

Este problema afecta a cerca de un millón de personas en España, pero los expertos advierten que en fechas breves podrían ser muchas más ya que en los últimos meses ha aumentado el número de menores aficionados a las máquinas tragaperras. Además, las nuevas tecnologías, sobre todo las apuestas por internet, han agravado la situación.

La principal causa de este fenómeno, según las asociaciones de afectados, es la falta de control en bares y salones de juegos, donde se accede sin problemas a las máquinas tragaperras, que son la golosina por donde una simple afición se convierte en enfermedad.

Además, se da la circunstancia de que en torno a un 20% de los alcohólicos sufren también adicción al juego.

Los expertos de este tipo de adicción han establecido dos tipologías de enfermos. La primera, es el de una mujer de 40 años, cuyos hijos han adquirido una mayor independencia y que busca una salida al aburrimiento en el bingo o en las tragaperras. Otro perfil común es el de un varón de entre 30 y 40 años que comparte su adicción al juego con drogas como la cocaína o el alcohol.

Cada vez más jóvenes

En unas recientes declaraciones, el presidente de Aexjer, Bartolomé Gómez, explicó que en la sociedad actual existe un 50% de hombres ludópatas y un 50% de mujeres, pero sólo un 6% de éstas acuden a la asociación para rehabilitarse. A su juicio, la ludopatía no se puede solucionar estando solo.

Gómez advierte además que hasta la asociación han empezado a llegar cada vez más jóvenes menores de edad aficionados al juego. "Hasta el momento, el porcentaje no es significativo, ya que sólo han sido varios chavales, pero lo realmente preocupante es que hay menores de edad que tienen problemas de ludopatía. Creo que esto crecerá con el paso del tiempo y hay que ponerle freno lo antes posible", señala.

Estas personas, como las demás que acuden a este centro extremeño, con sede en Almendralejo, reciben la atención de profesionales. El método de trabajo es la autoayuda, con personal que ha sido ludópata y conoce de cerca el problema y la solución.

El equipo terapéutico está formado por tres psicólogos, una trabajadora social y seis monitores. Ellos conforman tres grupos de trabajo: adaptación, con personas que además de la ludopatía tienen otras adicciones; iniciación, para tratar a personas que reconocen su problema y tienen una buena actitud para rehabilitarse; y maduración, para salir definitivamente del problema.

El tiempo entre que una persona enferma llega para rehabilitarse y el que se considera curada puede llegar a dos años. En Extremadura, alrededor del 90% de quienes llegan a la asociación, salen rehabilitadas, asegura Gómez.