"Erguido sobre esta tierra, encadenando esplendores con olvidos y gestas con saqueos, el pueblo extremeño se reconoce como tal y se proclama dueño de su destino frente a una historia poco generosa con quienes tantas de sus líneas escribieron en primera persona". Así empieza el preámbulo que da pie al nuevo Estatuto de Autonomía de Extremadura. Lejos de ser un relato, "ese es el tono que queríamos darle los dos partidos, con una cierta calidad en la escritura, pero que describiera factores de identidad y valores extremeños, es lógico", comenta Ignacio Sánchez Amor, diputado del PSOE y uno de los artífices del nuevo texto estatutario.

Y lo explica argumentando que bastante jurídico y farragoso es el resto del texto, como para hacer un preámbulo más entendible para el común de los extremeños. Pero, con párrafos como los que siguen, algunos puede entender mejor el articulado que estas primeras líneas, o mucho mejor si se lo explican José Manuel Calderón y Soraya en el anuncio de Marca Extremadura. Lo cierto es que ayer mismo dijeron que el remate final del preámbulo se hizo horas antes de entregar el texto en la Asamblea y... el resultado es como sigue: "sobre esta tierra --la extremeña-- en la que, desde las verdes cumbres, el agua busca su camino entre granitos y pizarras, se encaja profundamente y se sosiega en la tierra cálida de los dos grandes valles del Tajo y el Guadiana, agua ya sometida. En la que las dehesas, obra del ingenio de su gente, naturaleza parecen en su prodigioso equilibrio. En la que las arcillas de las vegas se pueblan de cultivos sedientos de sol. En la que nada interrumpe la secular y armónica coexistencia de todos los seres vivos que la habitan, desde las nieves y los bosques a las grandes llanuras y los berrocales, desde las aguas remansadas a los aires transparentes".

Sed grande y agua generosa

Esta Extremadura de contrastes, continúa, "de tierra verde, blanca y negra, de sed grande y agua generosa, de valles y crestas, de claros y oscuros, alegre, pudorosa y atrevida, rica y adusta, cercana y distante, asidero del ayer y del mañana, es el punto cero de partida para que todos los extremeños juntos, los de dentro y los de la diáspora, luchemos por proyectarla hacia el futuro, sin renunciar a la herencia del pasado". El texto sigue recorriendo Extremadura. "De Maltravieso y la Jayona a los centros tecnológicos, se ha ido escribiendo silenciosamente sobre este suelo la historia de una voluntad de sentir, pensar ser y estar en el mundo. Pero el mero suelo deshabitado no puede atesorar ningún tipo de esencia, eso lo han hecho los pueblos que han ido siendo, con o sin conciencia de serlo, pueblos que han ido haciendo Extremadura".

... "Somos Extremadura porque queremos serlo los extremeños de ahora, sus ciudadanos, y porque el proyecto incluyente de España así lo reconoce y alienta para nosotros y para los otros pueblos hermanos. No nos ata el pasado, ni le debemos pleitesía, es sólo el variado mosaico de nuestro devenir... Mientras permanezca en nosotros la fe recia de nuestros padres y sepamos pasar el testigo a nuestros hijos, Extremadura seguirá siendo referente de un pueblo noble, que lucha por sus derechos y no busca otro crédito que el que la razón impone".

El preámbulo insiste en que es "un pueblo de ciudadanos libres e iguales" y el Estatuto "es el instrumento para seguir avanzando como pueblo con raíces, rasgos propios, historia y definida personalidad... Del Guadalupe religioso y americano al Yuste cívico y europeo se traza un arco de renovada identidad colectiva que pretende abarcar todas las tradiciones y sensibilidades, todas las perspectivas y anhelos de la nueva Extremadura".

Erguido empieza y... "erguido sobre esta tierra generosa y sabia, el pueblo extremeño reclama libre y apasionadamente su futuro", culmina.