ALEMANIA: 0 Lehmann; Fiedrich, Mertesacker, Metzelder, Lahm (Jansen, m.46); Frings, Hitzlsperger (Kuranyi, m.58); Schweinsteiger, Ballack, Podolski; Klose (Mario Gómez, m.79).

ESPAÑA: 1 Casillas; Sergio Ramos, Puyol, Marchena, Capdevila; Senna; Iniesta, Xavi, Cesc (Xabi Alonso, m.63), Silva (Cazorla, m.66); Torres (Güiza, m.78).

GOL: 0-1: m.33: Torres.

ARBITRO: Roberto Rosetti (Italia). Amonestó a los alemanes Ballack (m.42), Kuranyi (m.87) y a los españoles Casillas (m.42), Torres (m.74).

INCIDENCIAS: Los reyes de España, Juan Carlos y Sofía, presidieron el encuentro.

Cuarenta y cuatro años después, España se abrazó por segunda vez en su historia al título de campeón de Europa con la convicción y el estilo que han roto moldes en el fútbol continental. El equipo español también administró su talento con la suficiente maestría como para tumbar a Alemania, un rival con mayúsculas que agranda aún más el mérito de lo conseguido. Torres, que se había presentado en la final con un solo gol en su cuenta, anotó el tanto más importante de su carrera para dar a España la gloria. Lo hizo, cómo no, a pase de Xavi, consagrado a estas alturas como uno de los más grandes después de representar otra vez lo más bonito de este juego.

No fue nada fácil. Nadie esperaba que lo fuera. Como tampoco esperaban seguramente los jugadores de La roja que el conjunto alemán se fuese a por ellos antes de que tomaran las medidas del campo. Nada más sonar el pitido inicial, ya lo tenían encima. El conjunto germano optó por no dar tiempo a que Xavi, Cesc y compañía pensaran en apropiarse de la pelota para llevar la final al terreno en el que se habían doctorado en aquel segundo tiempo esplendoroso ante Rusia en semifinales: ritmo, toque, relevos, sorpresa y precisión.

PROBLEMAS INICIALES Fueron los alemanes los que se quedaron con el balón y lo movieron con sentido y velocidad para hacer temblar de entrada a la defensa española. En una de esas, Ramos dudó, permitió que Klose le robara la cartera y todavía está dando gracias a que el delantero de origen polaco se adelantara la pelota más de la cuenta. Poco después, Ballack se la hizo a Puyol también por ese lado, pero su centro al segundo palo resultó muy pasado.

Los papeles nacieron cambiados y España se ofuscó durante un buen rato sin encontrar la manera de tomarle el pulso al partido. Los jugones no aparecían por ningún lado y los balones largos hacia Torres no encontraban al delantero del Liverpool en condiciones de controlarlos. Así se consumió un cuarto de hora, al cabo del cual hicieron acto de presencia Iniesta y Xavi para dar el primer toque a la defensa alemana. Metzelder estuvo a punto de marcar en propia puerta pero el discutido Lehman pudo desviar a córner. Los dos centrocampistas del Barcelona fueron quienes activaron el despliegue ofensivo para retomar el fútbol combinativo que había de llevar a España a tocar por fin el cielo.

REMATE AL PALO Iniesta, que había intercambiado su posición con Silva nada más empezar para moverse por la banda izquierda, se convirtió en una pesadilla para Friedrich. No tardó en despertar también Cesc, otro que también hace mejores a los que se mueven a su alrededor. Puede corroborarlo Sergio Ramos, que recibió un inteligente servicio del de Arenys para prolongar la jugada con un gran centro a Torres, que cabeceó a la base del poste.

De cualquier modo, en el primer partido del campeonato en que formaba como titular junto a Xavi, el centrocampista español del Arsenal no tuvo nada fácil acercarse al nivel que exhibió ante los rusos. Su solidaridad y verticalidad, sin embargo, fueron importantes para que España despegara.

La clave del duelo, no obstante, estuvo en ese sexto sentido que tiene Xavi Hernándezpara encontrar espacios y ver los huecos en la defensa contraria antes que nadie. Lo intuyó, muy inteligente Fernando Torres, lo vio el cerebro español y a la espalda de Lahm confluyeron el balón y las intenciones de ambos.

El lateral alemán se descuidó de forma inexplicable, se confió en exceso y el atacante del Liverpool no cejó en su empeño, porfió, le robó el balón a toda mecha y lo elevó por encima de un vencido portero Lehman con un toque sutil y preciso (minuto 33). Era el gol que Fernando Torres buscaba para ser también coronado entre los delanteros más brillantes del panorama futbolístico actual. David Villa, que tuvo que seguir el choque desde el banquillo a causa de una lesión muscular, lo celebró como suyo. Villa también tuvo una noche feliz: al final, pese a no jugar, campeón y Pichichi del torneo continental.

LIBERACION Como ante Rusia, la selección española pareció liberarse y metió a Alemania en un túnel del que todo indicaba que no podría salir. El segundo tanto estuvo muy cerca en un par de ocasiones claras antes del descanso, pero Silva e Iniesta no acertaron a conseguirlo. La segunda parte echó a andar de forma parecida aunque los alemanes, como no podía ser menos, tuvieron energía para dar un fuerte arreón que descolocó un tanto a La roja.

Fue muy a su manera, con el rodillo por delante, y Aragonés optó por la vía de la seguridad para reforzar el centro del campo. Alonso entró por Cesc Fábregas y tres minutos después Cazorla relevó a Gustavo Silva, que había llegado a la final con las pilas muy justitas.

El ataque español, en contra de lo esperado, se reactivó como por ensalmo y en un mismo minuto Ramos y dos veces Iniesta estuvieron muy cerca de marcar. Lehman sacó el cabezazo del defensa del Real Madrid y Frings rechazó bajo palos con la rodilla un envenenado disparo del centrocampista del Barça, que repitió acto seguido con otro tiro envenenado que se marchó fuera por muy. Fue la antesala de otra apoteosis final de España bajo la batuta de un Xavi estelar, un Senna inconmensurable y un equipo, en definitiva, campeón... de Europa, que no es poco. Que es mucho. Que es el éxtasis deportivo solamente superable por un Mundial. Que puede llegar próximamente, que saben.