Aunque desde el lado español se siguen manteniendo oficialmente los plazos para el AVE Madrid-Lisboa, que estaría concluido en el 2010, el compromiso presupuestario no deja de generar dudas. Así, el escenario inicial contemplaba que este proyecto, desde Badajoz hasta su enlace final en el límite entre Toledo y Madrid, costaría algo más de 2.000 millones de euros.

Sin embargo, en la programación plurianual de inversiones se indica que hasta el 2008 se invertirían apenas 15 millones en los tramos Badajoz-Mérida-Cáceres y Navalmoral-límite con Comunidad de Madrid. A esto habría que sumar 440 millones que, según la Delegación del Gobierno, tiene programados el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF), organismo público que tiene a su cargo el tramo entre Cáceres y Navalmoral. De este modo, en los próximos cuatro años se invertiría el 22% de lo que se necesita, y en sólo dos, el 78% restante.

Además, y tras acordarse que el AVE también llevase mercancías, se indicó que el coste del proyecto subía un 30%, es decir, que el trazado español se iría a casi 2.700 millones. En este nuevo escenario, la inversión prevista no llega al 17% del coste de la obra.

Otra cuestión que genera dudas en cuanto al calendario es que en este momento no hay ni un solo tramo en ejecución o, siquiera, en proyecto. Según el anuncio del pasado Consejo de Ministros, la redacción del proyecto del tramo Badajoz-Mérida saldrá a licitación a lo largo de este año. Esto significa que las obras en el trazado no se iniciarían hasta el 2007 y, según los plazos medios de Fomento en los trazados de AVE, estarían terminadas en el 2009.

El resto de tramos se irían adjudicando posteriormente. Con ello, o se multiplican los presupuestos de Fomento para el AVE extremeño ajustándolo a un periodo de ejecución de obras de entre dos y tres años, a razón de unos 600 millones de euros por anualidad, el doble de lo que se asigna ahora a todas las obras, o sería imposible cumplir el calendario anunciado.