Lejos de tratarse de un absurdo trámite burocrático más, el certificado de descontaminación y destrucción cae como agua de abril para los cerca de 200 desguaces verdes o autorizados que existen en España. Los profesionales afirman que la nueva norma permitirá poner orden en un sector en el que tradicionalmente impera el intrusismo y la ilegalidad.

Tras varios años de "una competencia desleal brutal", los centros autorizados comienzan a ver el cielo más claro, explica Luís Tamayo, administrador de una empresa de desguaces.

Para las empresas adaptadas, los últimos años han sido una travesía por el desierto. "La competencia vendía piezas a precios más baratos y con mayor margen de beneficio", dice Tamayo tras recordar el encarecimiento que suponen los trabajos de descontaminación.