Prueba superada. Como soñaba José Luis Rodríguez Zapatero, España se convirtió ayer en el primer país que aprueba en referendo la Constitución europea. El fue masivo --el 76,7%, frente al 17,2% del no y el 6% de voto en blanco-- y la participación, tímida pero superior a la prevista: acudió a las urnas el 42,3% del censo, sólo 2,8 puntos menos que en las elecciones europeas del 2004. El apoyo al Tratado fue inferior en Cataluña (64,6%) y Euskadi (62,6%), donde la tasa de participación se situó por debajo de la media estatal.

No por esperado, el abrumador español a la Euroconstitución resulta menos trascendente. Y es que eran numerosos los factores que hacían temer un traspié del Gobierno en el referendo: lo abstruso del tratado; el desconocimiento ciudadano acerca de las consecuencias de un resultado negativo; el cansancio del electorado español ante sus cuartos comicios en dos años; el con la boca pequeña del PP, aderezado con la llamada a la abstención de la Conferencia Episcopal y el boicot de la derecha mediática a la consulta; y la apelación al no de ERC e Izquierda Unida, entre otras fuerzas. Casi 11 millones de españoles, que representan el 76,7% de los votantes y cerca de un tercio del censo electoral, dieron ayer con su apoyo un potente impulso al Tratado constitucional de la Unión Europea (UE), cuya próxima cita con las urnas será el próximo junio en Francia.

RAJOY: "ES UN FRACASO" Anoche, el alborozo de Zapatero, del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y de las cancillerías comunitarias contrastaba con el pesimismo del líder del PP, Mariano Rajoy. Pese a celebrar el resultado de la consulta, Rajoy se ajustó al guión que tenía preparado y denunció que el 57% de abstención, la tasa más alta registrada en toda la historia de España, "supone un fracaso" del Gobierno, que atribuyó a la precipitación con la que, a juicio de los populares, Zapatero convocó el referendo. Rajoy, que se arrogó el mérito del éxito del sí, advirtió al presidente de que, habida cuenta de la alta abstención, la consulta española "no será modelo para nadie" en Europa.

ZAPATERO: "ES HISTORIA" En la Moncloa, en una breve comparecencia, el presidente esquivó la confrontación con el PP, y se limitó a resaltar los datos más positivos del escrutinio: el " claro y rotundo" como exponente de la voluntad española de abanderar "la Europa de la paz, la solidaridad y la tolerancia". Tras invitar a los restantes países de la UE a "seguir el camino iniciado" por España, Zapatero sentenció: "Hemos hecho historia".

Con agradecimientos para "todos" y un mensaje conciliador para los detractores del Tratado --"nadie ha perdido"--, el jefe del Ejecutivo anunció su determinación de proceder a la ratificación parlamentaria del Tratado constitucional "de manera rápida". La elevada tasa de abstención la justificó comparándola con la registrada en otros países en las últimas elecciones europeas, y también resaltando que la generalizada convicción de que el iba a triunfar desmovilizó a una parte del electorado.

No se quiso pronunciar Zapatero sobre el papel del PP en la campaña del referendo, durante la que pidió el pero al tiempo justificó la abstención e incluso desdramatizó los efectos de una eventual victoria del no.

Para lecturas políticas alambicadas, la que hizo anoche Gaspar Llamazares (IU). Pese a los 10,8 millones de sufragios afirmativos casi quintuplicaron los 2,4 millones de negativos, Llamazares, detractor de la Constitución europea, definió el resultado como "incontestablemente crítico" y un "éxito" de la "izquierda progresista" que dice representar.