La mañana de ayer se presentó invernal: fría y mojada por una tenue lluvia. Pero en el barranco de Las Albarizas , ubicado en el término municipal de Villanueva de la Vera, al norte de la provincia de Cáceres, el frío se había vuelto calor humano y deseo de recuperar los restos mortales de cinco mujeres fusiladas el 26 de septiembre de 1936 y presumiblemente enterradas, sin que se conozcan exactamente los motivos, a unos 200 metros unas de otras.

Un rebaño de ovejas pastaba tranquilamente en un cercado próximo a donde se encontraba Felisa Tornero, una mujer de edad que no pudo descender al lugar donde trabajaba la máquina excavadora. Felisa explica a los periodistas que en Las Albarizas tiene enterrados "algunos familiares" que, no obstante, no son los únicos cuyos restos reposan en los caminos, puesto que a su padre lo tiene enterrado "según se va a Valverde de la Vera".

En el fondo del barranco una máquina realizaba afanosa los trabajos de prospección de una fosa común tras la autorización del juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón. En un lugar próximo otro enterramiento similar espera turno. Ambas fosas se encuentran a nueve kilómetros de Villanueva de la Vera. En la primera se cree que están enterradas tres mujeres, que fueron asesinadas en septiembre de 1936. Se trata de Florentina Quintana Huertas, una jornalera de 62 años, viuda con seis hijos a su cargo cuando fue fusilada; Angela Tornero Quintana, hija de la anterior, de 26 años de edad, divorciada y jornalera; y Ana Tornero Quintana, hermana e hija de las anteriores. Esta tenía 25 años de edad, estaba casada con José María Naranjo, también represaliado, que dejó una hija de quince meses y se encontraba embarazada en el momento de su muerte.

En la fosa número dos, excavada ayer, se espera encontrar los restos mortales de Ursula Sánchez Mate, de 58 años, soltera y jornalera. La otra ocupante del enterramiento es Bernarda García Hernández, de 26 años, también soltera y jornalera.

Una nota difundida ayer por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de la Sierra de Gredos, relata los últimos días de las víctimas: "varias mujeres indefensas fueron sacadas de sus casas en Villanueva de la Vera por falangistas reconocidos del municipio, que las tuvieron retenidas varios días en el ayuntamiento". Tras ser rapadas y obligadas a barrer las calles, fueron conducidas a Las Albarizas "a recolectar carillas, donde fueron tiroteadas" .

Lucio García Tornero, uno de los nietos de Florentina Quintana y miembro del citado colectivo para la recuperación de la Memoria Histórica, señaló: "esta tarea es muy necesaria para que podamos dignificar su memoria y salgan del olvido". En términos parecidos se expresaron el resto de familiares.