El paradero de Sadam Husein y de la cúpula del régimen caído continuaba ayer siendo la gran incógnita. Aunque abundan todo tipo de conjeturas, nadie sabe a ciencia cierta lo ocurrido, y lo único que los servicios de inteligencia estadounidenses y británicos han podido constatar tras la caída de Bagdad es que el liderazgo iraquí se ha desvanecido.

El rotativo norteamericano The Washington Post señaló ayer que EEUU sospecha de que algunos de los líderes se refugiaron en Tikrit, para hacer una última demostración de fuerza, y que otros han huido a Siria.

La obstinación de algunas tropas iraquís, que presentaban aún resistencia en Qaim, cerca de la frontera con Siria, hace sospechar a los militares británicos de que pueden estar protegiendo a algunos líderes.

The Washington Post subraya que los analistas de la CIA coinciden en que se ha producido un cese de las comunicaciones en Bagdad. Los agentes del espionaje desplegados en Irak constataron que los máximos dirigentes iraquís se habían esfumado. La explicación que dan como más probable es que "recibieron, en nombre de Sadam, la orden de desaparecer" y que el propio Sadam "sigue vivo". De hecho, los combates más importantes registrados ayer en Bagdad, en los alrededores de la mezquita Abu Janifa, ocurrieron después de que se propagara el rumor de que Sadam estaba refugiado allí.

Los expertos del espionaje occidental no descartan que Sadam muriera en uno de los dos ataques aéreos de EEUU --el 20 de marzo y el 8 de abril-- que tuvieron como objetivo al líder iraquí. En todo caso, su captura o muerte es prioridad para EEUU.