Aunque hasta ayer este año parecía muy tranquilo en lo que a incendios forestales se refiere, lo cierto es que los datos desmienten este extremo, achacable más bien a la falta de información pública.

Los datos que maneja la Guardia Civil, y a los que ha tenido acceso EL PERIODICO EXTREMADURA, revelan que el año pasado a estas alturas los incendios forestales habían arrasado 2.979,65 hectáreas por las 8.962,65 que habían ardido hasta el pasado 29 de julio. Esto quiere decir que la superficie quemada hasta la fecha se ha triplicado con respecto al 2003, un año en el que lo peor llegó en agosto, cuando más de 47.600 hectáreas fueron pasto de las llamas.

Uno de los problemas del modelo extremeño de lucha contra el fuego es la falta de eficiencia en la investigación. Al menos eso opina Julián Panadero, presidente de la Asociación de Agentes Forestales de Extremadura, que está convencido de que la actual ratio de incendios cuyas causas se aclaran en la región --3 de cada 10-- debe y puede mejorarse, tal y como días atrás denunciaba la organización ecologista Adena.

Panadero recuerda que actualmente hay en la comunidad cerca de 300 agentes forestales "que son los primeros en llegar a los incendios". Aún así, tal y como está regulado el actual sistema no participan en la investigación del origen del fuego, y eso "que casi todos tenemos formación complementaria en la investigación".

Sistema más eficiente

A esto se suma que trabajan siempre en las mismas zonas, por lo que "conocemos bien el entorno y es más fácil que sepamos si el origen es por la caza, por el descontento con la política forestal o incluso por un enfrentamiento personal... y eso siempre ayuda a buscar culpables".

El problema es que ellos no participan en los trabajos de investigación y su única función es dar su impresión personal en un informe previo. En su opinión, la fórmula para aumentar sensiblemente la efectividad en la investigación de los incendios pasa porque los agentes forestales colaboren con el Seprona desde el primer momento. Además, denuncia que, en contra de lo afirmado por la Delegación del Gobierno, es habitual que "no se investiguen los pequeños incendios", lo que supone que a veces se olvida "que todos los grandes incendios fueron pequeños alguna vez".

Para Julián Panadero, cambiar la actual política de investigación es la única solución para mejorar la prevención.