A la explosión de violencia le ha sucedido en todo el país una explosión de condolencia y solidaridad con las víctimas. También en Cáceres. La capital amaneció ayer lluviosa pero nada impidió que los ciudadanos participaran masivamente en las convocatorias que se sucedieron durante todo el día.

La actividad se paralizó a las doce en los centros de trabajo. Los empleados de Renfe vivieron quince minutos especialmente emotivos al compartir el mismo tren con la tragedia. Una multitud secundó la concentración en el hospital San Pedro de Alcántara, tanto sanitarios como enfermos y familias. También los trabajadores de EL PERIODICO EXTREMADURA guardaron 15 minutos de silencio en las puertas del diario como repulsa a la masacre y solidaridad con las víctimas. Los taxistas se congregaron en la plaza para mostrar su pesar.

Acuerdo unánime

El pleno del ayuntamiento celebró una sesión extraordinaria en la que el alcalde, José María Saponi, leyó una declaración institucional acordada por los tres grupos municipales. También la Diputación Provincial convocó un pleno urgente para condenar el atentado a través de su presidente, Juan Andrés Tovar: "No tienen cabida en nuestra sociedad los asesinos, que deben ser perseguidos y condenados".

Hoy se celebrará un funeral por las víctimas en la concatedral de Santa María (13.30).