"La situación es complicada. Algunos productores de cerdo ibérico están castrando a hembras reproductoras para reducir costes. Están perdiendo dinero con cada animal y reducir la cabaña les supone gastar menos". Hasta este extremo está llegando la situación de la ganadería, según explica el secretario regional de UPA-UCE, Ignacio Huertas, ante la caída de los precios percibidos a los productores.

En el caso del porcino ibérico, las tendencias de los mercados acucián a los productores. El precio del pienso ha subido alrededor del 40%, mientras que el de la carne ha caído a 0,91 euros el kilo frente a unos costes establecios en 1,25 euros el kilo. "Tenemos que tener en cuenta que este ganado consume el 60% del pienso en Extremadura. Entre unas cosas y otras, el ganadero está perdiendo unos 80 euros por cochino, porque además, están metidos en fuertes inverisones para sacar adelante sus explotaciones", advierte Huertas.

Extremadura, junto con Huelva y Salamanca, concentra la práctica totalidad de la producción de ibérico, con 1,7 millones de cabezas. Pero la situación es extensible a otras especies, como el vacuno. "Los ganaderos se están viendo con el agua al cuello y, si esto se mantiene, afectará al sector. Habrá gente que se plantee dejar sus explotaciones", avisa Luis González, de la Cooperativa Cooprado de Casar de Cáceres, que tiene medio millar de asociados.

Los ganaderos están recibiendo apenas 12 euros por lechón entero y 27 por ternero, "que es prácticamente lo que te cuestan un par de kilos en el mercado". Además, tienen que competir en desventaja con productos procedentes de países más baratos. "Las grandes distribuidoras traen carne de fuera, que no se ajusta a los parámetros sanitarios de la UE, y es muy difícil que el consumidor las pueda diferencia. Compran lo primero que les ofrecen", lamenta el secretario regional de UPA, que apuesta por iniciar una nueva estrategia como solución a la crisis. "Tenemos que comenzar a pensar en crear cooperativas en las que los propios productores puedan matar y despiezar, e incluso acceder directamente a la comercialización", concreta.

Eso sí, la labor no es fácil. Sería necesario crear grandes mataderos y convencer a todos los actores. "Lo primordial es ver qué ocurre ahora, porque la situación no parece que vaya a mejorar", insiste Luis González al referirse a un sector ya de por sí acuciado por el incremento de los costes de producción y las enfermedades animales.