"Otros años, durante los dos meses y medio o tres que dura la saca, hemos contado con entre 120 y 150 trabajadores. Este año nos hemos arreglado con la mitad". Agustín Rebollo es el gerente de Carbones y Corchos El Litri, una empresa de San Vicente dedicada a la saca del corcho que trabaja en diferentes comunidades autónomas. Rebollo calcula que en la región entre un 40 y un 50% del corcho se ha quedado sin sacar este año, una proporción que, en la zona de San Vicente, alcanza "del 85 y al 90%".

Cree que el principal responsable es la crisis económica general, "que nos afecta igual que a cualquier otro sector" y relativiza la influencia que pueden tener la competencia del plástico. "Hoy por hoy el corcho es insustituible", sostiene.

La de la saca es una labor que actualmente se sigue haciendo mayoritariamente con hacha, si bien Rebollo admite que en un futuro compensará el uso de maquinaria en "determinadas fincas y árboles", dependiendo de sus características.

La vida media de un alcornoque es de entre 150 y 200 años y cada nueve se le saca el corcho. Las personas que se encargan de ello "son especialistas, no puedes coger a cualquiera", indica Agustín Rebollo. Es este carácter profesional el que impide que se le cause daño al árbol durante la extracción. Aunque Rebollo explica que se trata de un oficio que aún lo "sigue aprendiendo gente joven. Cada año nosotros enseñamos a siete u ocho", reconoce que en ocasiones han tenido serios problemas para encontrar suficientes trabajadores, algo que no ha sucedido esta campaña: "Hasta este año nos había costado muchísimo encontrar gente, pero este ha habido más mano de obra que cualquier otro. Ha vuelto mucha gente que sabe hacer la saca del corcho y que se había ido a trabajar a la construcción a Madrid o Barcelona.