Esta es la primera vez que Lola Delgado se presenta a unas oposiciones de la Junta de Extremadura. Después de trabajar para el régimen general en la empresa privada y regentar un bar de copas con sus hermanos, Lola llegó a la conclusión en octubre del año pasado que era el momento más idóneo para "optar a un puesto público, ya que las condiciones son más favorables en cuanto al horario", lo que le permitirá pasar más tiempo al lado de sus dos hijos.

Dicho y hecho. Lola se prepara para el grupo cinco de subalternos y ordenanzas. Ahora espera que la nueva modalidad de convocatoria por especialidades le favorezca, porque ello le permitirá presentarse a varias categorías cuyos exámenes no se celebren en la misma fecha. "Va a ser mejor, porque me achica un poco ir a oposiciones de mil y pico de personas", explica Lola, que ve esta modalidad "más asequible".

Esta fue una de las novedades que anunció ayer la Junta ante la comisión de Administración Pública de la Asamblea, por la que, las convocatorias de oferta pública de empleo serán graduales, dependiendo de las necesidades de cada consejería y para cada especialidad.

Sin embargo, Julián Suero Moreno, director de una conocida academia de oposiciones de Mérida, Instituto CEO, opina que sacar las convocatorias espaciadas es "un absoluto descontrol" para los opositores. En su opinión, se necesita "regularidad, estabilidad y marcar la fecha concreta de los exámenes" para agilizar los procesos y mejorar el sistema de convocatoria pública.

Con más de veinte años de experiencia preparando opositores, Julián Suero piensa que cada año hay modificaciones en las oposiciones, aunque a su juicio el sistema de examen propuesto, un tipo test primero y el teórico práctico condensado en un sólo día es el mejor que ha tenido la Junta de las distintas modalidades que ha habido ya que "agilizará el proceso y se comprobarán mejor los conocimientos".

Uno de los profesores del centro, Miguel Gaviro explica que esta nueva modalidad de examen "es buena y lo que se pretende es agilizar el proceso y evitar en lo posible la influencia de la suerte a la hora de aprobar una oposición". El sentido de establecer una primera prueba tipo test sirve "para descartar a aquellos opositores que se presentan para probar suerte". Sin embargo, estima que para los opositores es un sistema más duro porque les exigirá estudiar el temario desde dos perspectivas muy distintas "lo que le da un punto de dificultad". Sobre el supuesto práctico, Suero afirma que hacerlo en el mismo día es "un dislate", y tampoco aprueba eliminar la lectura del examen ante el tribunal.