U estudio realizado por Julio Alcalde Inchausti para la Fundación de Cajas de Ahorro (Funcas) alerta sobre los riesgos que corre Extremadura de sufrir despoblación en un futuro próximo. El informe apunta que la llegada de inmigrantes a la región apenas compensa la pérdida de habitantes nacionales (el -0,44% en el periodo de referencia), y hace que las cifras de población estén estancadas, lo que hace que el peso poblacional de Extremadura en la media nacional disminuya, pasando del 2,64% al 2,51%.

Además, esta falta de dinamismo demográfico sitúa a la región, especialmente a la provincia de Cáceres, en una densidad de habitantes por kilómetro cuadrado apuntada como crítica a la hora de valorar el riesgo de despoblamiento, a lo que se une una tasa de envejecimiento muy elevada, que augura un futuro como poco incierto. No obstante, en Extremadura hay una veintena de comarcas que basan su desarrollo en la economía rural, según el borrador del Libro Blanco de Desarrollo Rural, conocido recientemente.

Alcalde Inchausti señala que en el último trienio hay un grupo de 12 comunidades cuya población ha crecido entre el 3,4% y el 12%, gracias tanto a la afluencia de inmigrantes como al desplazamiento interior de españoles.

ESTANCAMIENTO Mientras, otro grupo de cuatro regiones creció por debajo del 1%, lo que significa, en la práctica, un estancamiento poblacional. A este grupo pertenece Extremadura, la segunda con menor crecimiento (0,42%), sólo por delante de Castilla y León (aumento del 0,34%) y Asturias, cuya población cayó un 0,11%.

Un factor añadido que contribuye a agravar este efecto es el incremento del porcentaje de mayores de 65 años, que ya ronda el 20%, sólo por debajo de Galicia, Castilla y León, Aragón y la comunidad de Asturias.

A juicio del autor del estudio, la confluencia de los dos factores en la comunidad extremeña supone que va perdiendo peso en su población residente "ya que las migraciones externas no logran compensar la tendencia al declive de sus poblaciones, que, a su vez, cuentan con un porcentaje elevado de población mayor de 65 años".

Por ello, Alcalde Inchausti concluye que "los cambios de la ubicación de la población residente, tanto española como extranjera, tienden hacia la concentración, a parte de en Madrid, en las zonas periféricas de los archipiélagos y en la costa mediterránea, con tendencia a la despoblación del interior (las dos Castillas, Extremadura y Andalucía interior) y, en menor medida, en la cornisa cantábrica, con la excepción de Asturias y la Galicia interior, que también tiende a despoblarse. Un fenómeno inquietante al que quizá debería prestarse una mayor atención, aunque ciertamente sea la voluntad de los españoles y de la población inmigrante la causante del fenómeno".

El informe aborda en otro punto la situación de cada provincia, y subraya, a este nivel territorial, los indicadores de despoblamiento.

CACERES Y BADAJOZ Así, explica que Badajoz, con un 0,19% de crecimiento de su población residente en el último trienio --sólo por encima de Vizcaya (0,06%) y Soria (0,05%), y ocho provincias que pierden población--, se concentran dos de los fenómenos indicados antes, y explica que "la participación relativa de la población extranjera inmigrante es inferior a la media española. También la población de mayores de 65 a los es relativamente superior a la de la media, indicadores que apuntan a una notable despoblación de una porción considerable del territorio".

En cuanto a Cáceres, el problema vendría derivado de la suma de un crecimiento poblacional también muy pobre.

Ésta es apenas del 0,79%, y una densidad poblacional de 20,7 habitantes por kilómetro cuadrado, que linda con la tasa considerada crítica para el despoblamiento, que es de 20 habitantes por kilómetro. Este despoblamiento, según los mapas de distribución de la población, no es homogéneo, y afecta, con alguna excepción, a todo el territorio extremeño a excepción de las cuencas de los dos grandes ríos que atraviesan la región.