Lo único que quiere (el Gobierno) son presos por las armas y de eso nada. Seguiremos sufriendo para las generaciones venideras y así no tendrán que pagar como nosotros". El terrorista de ascendencia extremeña Kepa del Hoyo, encarcelado ahora en Badajoz, realizaba ya en 1999 esta declaración de intenciones en una carta enviada desde el penal de Langraitz (Vitoria). Su postura, casi una década después, no parece haberse ablandado.

La mayoría de los 21 terroristas de ETA encarcelados en Extremadura, cuatro más que el año pasado y entre ellos Del Hoyo, encarnarían aún el núcleo duro de la banda, a favor de continuar con los atentados, según confirmaron a este diario fuentes internas de los dos centros penitenciarios. Tanto del Hoyo, colaborador del comando Vizcaya y uno de los cabecillas del grupo de presos etarras del penal pacense --junto a Joseba Arizmendi--, como el resto de internos en la región están lejos de los movimientos de disidencia interna que está viviendo ETA en otras cárceles españolas, según las mismas fuentes.

"No ha habido ningún movimiento" de discrepancia, confirman fuentes de la cárcel de Badajoz, informa Fernando León. Otras fuentes aseguran que tampoco ha circulado ninguna carta de apoyo a abandonar la violencia. De momento, tanto en el penal de Cáceres como en el de Badajoz, los presos de ETA siguen las consignas de la banda, sin mostrar disidencia alguna, a diferencia de lo que ha ocurrido recientemente en las cárceles de Córdoba y Logroño.

En la penitenciaria andaluza, varios presos han firmado su adhesión a un manifiesto en favor del cese de la lucha armada, exigiendo para ello un cambio de estrategia en la banda. Dos exjefes de ETA, Pakito y Makario, elaboraron dicho manifiesto hace tres años, según informó hace unos días la Cadena SER.

También en Logroño, otros dos exresponsables de la organización terrorista, José Luis Alvarez Santacristina, Txelis , y Kepa Picabea, suscribieron otra misiva en la que aseguraban que la lucha armada "no solo ha sido inútil en el camino para liberar a Euskalerria, sino que se ha convertido en un obstáculo".

CARTAS DESDE CACERES Los ocho etarras presos en Cáceres sí que han dirigido recientemente escritos al Ministerio del Interior, pero en el sentido contrario, según ha podido saber este diario de fuentes internas de la prisión. El 30 de julio cada uno de ellos, de forma individual, remitió una carta en la que denunciaban el aislamiento y la dispersión de los presos, reclamaban la autodeterminación del pueblo vasco y exigían la "repatriación" de los presos. Asimismo, el lunes pasado, 1 de septiembre, Gorka Fraile Iturralde, líder del grupo, envió un escrito similar en nombre del resto.

El envío de estas cartas es algo "frecuente y periódico", explican las mismas fuentes. "Envían una o dos al mes, para hacerse notar permanentemente". De hecho, estas cartas forman parte de la estrategia propagandística de la banda.

Sin embargo, en el contexto actual, con palpables movimientos de rebelión interna en ETA surgidos en otros centros penitenciarios de España, sí es significativo que los presos cacereños sigan sin discutir las consignas de la organización, ya que se interpretacomo una postura dedefensa de la violencia y el terrorismo.

LA JUVENTUD, UN OBSTÁCULO En la prisión de Cáceres se cre/eque la juventud de los etarrasencarcelados en ella incide directamenteen la falta de disidencia."Los movimientos de discrepanciasse están produciendo encentros que acogen a históricosde la banda, que acumulan añosy años de reclusión y descontentocon la situación.En Cáceres,esto no se da", explican fuentesinternas.De los ocho recluidos en estaprisión, Aitor Olaizola, con 43años, es el mayor, y tanto Iker Limacomo Aner Mimenza, losmás jóvenes, están en prisiónpor violencia callejera y encarnanla nueva generación radical dela banda que se foguea y coge experienciaen la kale borroka.

Ninguno de los 21 presos confinadosen la región entraría enla categoría de históricos (con poder)de la banda desde que en juliodel año pasado fuera trasladadade Badajoz a Granada IdoiaLópez, alias la Tigresa.Sin embargo,el historial de gran parte deellos está teñido de sangre.Sietecumplen condenas por variosasesinatos.Algunos, frustradoscomo el del expresidente gallego,Manuel Fraga, y el del exlídervasco de las Juventudes Socialistas,Eduardo Madina, que perdióuna pierna en el atentado.Trece de los internos pertenecierono colaboraron de formadirecta con diversos comandospara cometer atentados y tresformaban parte del entorno deETA.Uno de ellos, Xabier Balanzategui,preso en Cáceres, llevabalas cuentas de Ekin, uno de losgrupos del brazo político de ETA,según el juez Baltasar Garzón.