Las Empresas de Trabajo Temporal --las conocidas como ETT-- que operan en Extremadura comienzan a levantar el vuelo tras un lustro de caída libre que parecía no tener fin.

Y es que, según los últimos datos del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, las diez empresas del sector que aún operan en la comunidad autónoma gestionaron más de 6.600 contratos entre enero y agosto del año pasado. Si la contratación a través de ETT continuó al mismo ritmo hasta finales del 2003, éstas habrían llegado a gestionar cerca de 10.000 empleos el año pasado.

Aunque si se compara con el ejercicio anterior esto supone un incremento de únicamente el 3%, el dato es muy relevante puesto que supone el primer crecimiento del sector desde hace cinco años. La crisis de las ETT es generalizada en todo el país tras el boom que experimentaron estas innovadoras empresas a finales de los noventa, aunque el problema está siendo mucho más acusado en la región extremeña.

El año 1998 fue sin duda el más dulce para las Empresas de Trabajo Temporal de Extremadura. En aquel año había nada menos que 16 ETT operando en la región --seis más que a día de hoy-- y se gestionaron más de 20.000 contratos, una cifra destacable teniendo en cuenta que en 1996 apenas habían dado 7.500 trabajos.

Crisis acuciante

Pero pronto se comprobó que aquellos datos eran sólo un espejismo que poco a poco se fue consumiendo. Un año después, en 1999, habían perdido 1.500 contratos, y al año siguiente otros 5.000. El descenso ha sido constante entre 1998 y el 2002 y el año pasado fue el primero en el que se invirtió la tendencia, justo en el momento en el que la tasa de temporalidad en Extremadura alcanza sus cotas más altas y cuando ya seis ETT se han visto obligadas a cerrar sus puertas ante la acuciante crisis.

La recuperación se ha basado sobre todo en el fuerte tirón que experimentó el sector en unos meses tradicionalmente buenos para él, como es el caso del verano, que el año pasado alcanzó unos grandes registros con más de 1.100 contratos gestionados cada mes. De esta forma la situación daba un vuelco, gracias especialmente al sector servicios, después de unos primeros meses en los que habían vuelto a perder cuota de mercado.

La principal razón del hundimiento de las ETT puede estar en la reforma legal aprobada en 1999, que entre otras cosas obligó a incluir en los convenios colectivos a los trabajadores contratados a través de estas empresas. Su salario también debe incluir los fines de semana, no pueden utilizarse para cubrir una plaza fija y cotizan a la Seguridad Social un 1% más que el resto de empleados.