Eustaquio Blanco y su hermano Félix son los dos propietarios del Figón, un restaurante típico de la capital cacereña que será galardonado en el mes de septiembre con la medalla de Extremadura.

"Mis hermanos y yo siempre hemos luchado porque la región se conociera más allá de nuestras fronteras" explica Eustaquio, que aún no termina de creerse que tan altísimo galardón se les haya otorgado después de que su padre fundara el restaurante en 1947.

"Recibir esta medalla nos da m mucha satisfacción ya que es un reconocimiento a una carrera", así mismo "espero que sirva de ejemplo para los hosteleros mayores como yo, y sobretodo para la gente joven", comenta Eustaquio, quien a su vez explica que la única filosofía que ha reinado en El Figón en más de medio siglo que lleva en activo es "atender al cliente siempre con una sonrisa en la boca".

A este maestro culinario, no hay nada que le haga más feliz que atender al comensal, pués según confirma "el trato con el cliente es la mejor terapia para olvidarse de los problemas".

En la actualidad cuenta con un nuevo restaurante en Cáceres que está a cargo de sus hijas. "Ya es la tercera generación Blanco que continúa con el negocio de la hostería", comenta emocionado.