"Un balón de oxígeno". "Un exitazo". De esta forma califica la mayoría de los concesionarios extremeños el desarrollo del Plan 2.000E. El sector al unísono reconoce que sin la ayuda planteada el balance hubiera sido aún peor.

Sin embargo el apoyo recibido no ha llegado por igual a todas las partes implicadas. Las mayores alabanzas al programa proceden de los concesionarios dedicados a la venta de vehículos de marcas generalistas. Rafael Salazar es el gerente de Opel-Extredauto en Mérida, una firma que se dedica a la venta de otras marcas de este sector como Peugeot, Chevrolet o KIA. "El Plan E ha reactivado totalmente el mercado". Y va más allá, señala que en estos últimos días, cuando ya se han agotado los cupos previstos inicialmente, "el mercado ha vuelto a pararse". Esto ocurre porque el cliente entra en la tienda preguntando si aún pueden acogerse a la ayuda de 2.000 euros. En el momento en el que reciben una respuesta negativa, se dan media vuelta a la espera de que vuelva la subvención.

Otros concesionarios, sin embargo, esperan mejoras de cara al nuevo plan que el Gobierno apruebe para el 2010. Este es el caso de quienes venden coches de una gama mayor y que no disponen de stocks para vender. Antonio Castaño, gerente de Centrowagen, reconoce el impulso que el programa ha propiciado al mercado, pero se queja de que el sistema utilizado para el reparto de los fondos les ha perjudicado. Y es que las ayudas se conceden en el momento de la matriculación, y no cuando se compra el vehículo. En su caso, al ser vehículo hechos a medida , se encargan a fábrica y se entregan al propietario dos o tres meses después. El problema surge si en ese momento ya se han acabado los fondos destinados al plan. Castaño subraya que esa incertidumbre ha llevado a muchos clientes a retrasar el acuerdo o a descartarlo.

Pero peor lo tienen aquellos quienes venden coches de segunda mano, quienes sufren igualmente las consecuencias de las restricciones financieras impuestas por los bancos, y además no pueden acogerse al total de la ayuda, ya que son coches ya matriculados. Raúl Gómez, de Autos Ondar en Mérida, sostiene que recibe menos apoyo del Gobierno que los concesionarios que venden vehículos nuevos y seminuevos, aunque él también está sufriendo las consecuencias de la crisis. "Antes tenía seis empleados y hoy estoy solo en la tienda", señala.