Los enemigos de Europa han logrado un triunfo sin precedentes en el Reino Unido. Un grupo marginal, el Partido para la Independencia del Reino Unido (UKIP), que propugna la salida de los británicos de la UE, se ha situado como la tercera fuerza política en las elecciones al Parlamento de Estrasburgo. Los eurofóbicos dieron la sorpresa apropiándose del voto de los electores antieuropeos más radicales del Partido Conservador, que fue el gran derrotado.

Los resultados, no definitivos, daban al UKIP el 20% de votos, a sólo dos puntos de los dos grandes partidos. Laboristas y conservadores estaban empatados, con un 22% de sufragios, registrando pérdidas con respecto a 1999, severa en el caso del partido de Tony Blair, que bajó 6 puntos, y catastrófica para el tory Michael Howard, que perdió 14 puntos.

HUMILLANTE CUARTO PUESTO Los liberaldemócratas, la tercera fuerza y el partido británico más proeuropeo, se vio relegado a un humillante cuarto puesto con un 14% de votos. El UKIP amplía a 18 los 3 escaños que hasta ahora poseía en la Eurocámara, los conservadores bajan de 36 escaños a 21, los laboristas de 29 a 22, los liberaldemócratas de 10 a 3 y los Verdes de 2 a 1.

Los resultados se han convertido en una pesadilla para todos los grandes partidos. El ascenso de los eurofóbicos abre grandes interrogantes sobre la viabilidad del referendo que ha prometido convocar Blair para que los ciudadanos ratifiquen la Constitución europea. El triunfo del UKIP pone a los conservadores contra las cuerdas y presumiblemente obligará a Howard, su líder, a endurecer todavía más sus posiciones en política europea.

Poco antes de que se conocieran los resultados, el candidato estrella del UKIP, Robert Kilroy- Silk, advirtió de que Blair no puede firmar la Constitución europea ninguneando la voz del electorado. "Ha tenido siete años para persuadir al pueblo británico de que necesitaba estar en el corazón de Europa. Si logro un voto significativo, está muy claro que los británicos no quieren estar ahí", declaró Kilroy-Silk, antiguo diputado laborista y presentador de televisión, al que la BBC despidió por un comentario racista. El periodista tildó a los árabes de "terroristas suicidas, amputadores de miembros y represores de mujeres".