Mientras los sindicatos, los empresarios y las diferentes asociaciones coinciden en respaldar la fusión de las dos cajas de ahorro de Extremadura, entre los expertos no existe consenso. De acuerdo con un sondeo realizado apenas hace un año por este diario entre profesores de las Facultades de Economía y Empresariales de la Universidad de Extremadura, las opiniones sobre la operación son encontradas.

Profesores como José Antonio Pérez Rubio, decano de Empresariales, señalan que la "fusión es absolutamente necesaria". "Uno de los retos del modelo de desarrollo extremeño es la recuperación del valor añadido mediante la creación de cooperativas de primer, segundo y tercer grado. Esto no se puede hacer si no hay entidades financieras que lo apoyen y lo potencien", explica.

Desde otro punto de vista, Antonio Fernández, decano de la Facultad de Economía, advierte que la unión "no sería ni beneficiosa ni perjudicial". En este sentido, aclara que "el argumento de que con la fusión se haría una caja más grande no es cierto. La resultante seguiría siendo una entidad de tipo medio en el sistema financiero español". Bajo su punto de vista, aunque la integración permitiría ahorrar costes, la entidad resultante no tendría más fuerza que las dos sumadas por separado: "Uno más uno van a seguir siendo dos, pero no tres".

Por su parte, Francisco Fragoso, profesor de Economía, asegura que las dos cajas tienen recursos suficientes para afrontar grandes proyectos, ya que "tienen una elevada cantidad de dinero invertido en acciones, renta fija... y no en el sector productivo". Además señala que podrían colaborar en proyectos con fórmulas similares a la unión temporal de empresas (UTE), pero sin fusionarse.