Salieron un día de casa y todavía no han regresado. Ya sea por voluntad propia o por la fuerza, Extremadura busca a 23 desparecidos: 13 de la provincia de Badajoz y 10 de la de Cáceres. Es el recuento que hace el Ministerio de Interior en base a las denuncias de familiares que actualmente están activas y cuya búsqueda, por tanto, continúa. En el conjunto del país hay actualmente 4.164 desaparecidos sin motivos aparentes que están siendo investigados.

La región está entre las autonomías con menos casos abiertos, pero mantiene tres desapariciones catalogadas de alto riesgo. Una de ellas es la de Manuela Chavero, la mujer de Monesterio que el pasado verano desapareció de su casa con la televisión puesta y las luces encendidas. Pero no todos los casos son tan visibles ni tan recientes. Diego Cascos desapareció en el 2009 en Campanario cuando tenía 82 años. Nada se sabe del paradero de ambos.

Se determina que un caso es de alto riesgo cuando la edad de la persona desaparecida es avanzada, tiene algún tipo de enfermedad que requiera de una medicación habitual, se trata de un menor de edad o desapariciones en las que se sospecha que ha habido la intervención de una tercera persona y que están ya relacionadas con delitos de detención ilegal, homicidio, violencia de género,... «Afortunadamente, por la intervención de terceras personas no hay muchos casos en Extremadura», explica el portavoz de la Jefatura Superior de Policía Nacional, Juan Manuel de la Cruz.

EL TIEMPO / «Aquí los casos de desapariciones más comunes son mayores que se desorientan o que tienen alguna deficiencia psíquica o psicológica o menores que se escapan de los centros de acogida los fines de semana pero la mayoría de los casos suelen resolverse», prosigue. Los que siguen sin cerrarse, según los datos de Interior, «pueden ser personas que llevan tiempo desaparecidas y en muchos casos pueden ser voluntarias, desapariciones inquietantes como la de Manuela Chavero son las menos». También podrían seguir activas denuncias de personas que no se localizaron tras la Guerra Civil, advierten.

La primera radiografía de Interior recoge también que entre los 23 extremeños desaparecidos están 10 menores de edad. Hay más de 1.300 niños desaparecidos en España. Solo durante el año pasado se registraron en la región seis denuncias por sustracción de menores. Desde el ministerio indican que en muchas ocasiones estas se relacionan con separaciones o divorcios conflictivos. Sin embargo, más allá de las cifras, ni el ministerio ni los cuerpos de seguridad del Estado quieren dar a conocer cada uno de los casos. «Después de haber aguardado casi 20 años para conocer este informe, no es tan completo como se cabía esperar», explica Paco Lobatón, presidente de QSD Global, una de las asociaciones de ayuda a familiares de las víctimas. «Aún así, es la llave para entrar en la realidad y descifrarla con detalle mediante nuevos estudios que deberán acometer sin demora. De hecho, es uno de los compromisos formulados en el esbozo del Centro Nacional de Desaparecidos anunciado por el Ministerio del Interior en la víspera del Día de Desaparecidas sin causa aparente», continúa.

El propio informe contiene un reconocimiento implícito de que hacen falta más recursos. «Hay que ir a una mejora sustancial de la coordinación que resultará indisociable del objetivo de la especialización», reclaman desde este colectivo.

Lobatón ha visitado en los últimos meses varias veces la región tras recibir la llamada de Emilia, la hermana de Manuela Chavero. «Lo más importante que se ha conseguido en este caso es que la UCO de la Guardia Civil se haga cargo de la investigación». Lobatón reconoce que la batida que se realizó en Monesterio el pasado 15 de octubre con más de 400 efectivos coordinada por el creador del método BGA (Búsquedas en Grandes Áreas) habría sido «decisiva» en las horas o días siguientes a la desaparición de Chavero. «Fue lastrada por los trámites administrativos pero hemos aprendido de ella y vamos a hacer todo lo necesario para que en lo sucesivo se actúe con la celeridad necesaria», señala.

Acostumbrado a tratar a familiares de los desaparecidos, Lobarón considera que en esos momentos lo que necesitan es «saberse acompañados en el trance de buscar a sus seres queridos, en la lucha contra la incertidumbre tanto como contra la indiferencia social o la desidia de las instituciones». Desde hace 25 años, «cuando tomé contacto con esta realidad a través del programa Quién sabe dónde, nunca he visto a una familia tirar la toalla», reconoce el periodista.

De las 4.164 denuncias que continúan activas en España, 259 son de alto riesgo. Cádiz (588), Barcelona (396), Madrid (293), Granada (268), Málaga (253), Almería (214), Murcia (199) y Valencia (167) son las provincias españolas con más desaparecidos en proceso de búsqueda.