El ´top manta´ prácticamente ha desaparecido de las calles extremeñas. Los vendedores de copias ilegales de discos musicales ya no exponen su mercancía en una manta, ahora la muestran en el interior de un macuto que sólo abren cuando el cliente se muestra interesado en adquirir una copia. El objetivo es burlar una vigilancia policial que cada vez es más dura en la región.

Pero los vendedores que recorren las calles extremeñas sólo son la cara pobre de un negocio que mueve millones de euros. Estos vendedores se han convertido en víctimas de las mafias que controlan el mercado pirata y apenas obtienen 12 céntimos de euro por disco vendido.

La ruta del denominado ´top manta´ es un largo camino que se ha perfeccionado con el tiempo, a fin de poder burlar la vigilancia policial. Hasta hace poco, el trabajo de copia, almacenamiento y distribución se desarrollaba en un sólo local, pero en las últimas fechas estas actividades ilícitas se han repartido por diversos lugares. En cuanto a los costes de producción, cada unidad cuesta 50 céntimos.