El impacto socioeconómico que puede tener una infraestructuras de transportes como el tren de alta velocidad ha sido objeto de estudio por parte de las administraciones públicas, pero también ha generado trabajos a nivel académico. Una tesina realizada por Jorge Luis García Utrera, del departamento de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos de la Universidad Politécnica de Barcelona, analizó en el 2002 --aunque se acaba de editar y publicar-- el efecto territorial que en Extremadura tendría el AVE Madrid-Lisboa.

Según este trabajo, esta línea de alta velocidad "repercutirá de manera muy importante a nivel de desarrollo económico, incentivando nuevos proyectos de inversión y de negocio. También provocará la aparición de otro tipo de actividades relacionadas, por ejemplo con las nuevas tecnologías". Asimismo, considera que incrementará los efectos sobre el turismo, incrementando "sensiblemente" las visitas y atrayendo a visitantes que hasta el momento no viajan a la región. Y además destaca que las cuatro ciudades con estación del AVE --Badajoz, Cáceres, Mérida y Plasencia-- se erigirán en grandes nodos de comunicación hasta el punto de que sufrirán "importantes transformaciones urbanísticas".

Jorge Luis García Utrera pone como referencia, para Extremadura, los beneficios que el AVE ha tenido en Castilla-La Mancha. "El servicio de lanzaderas que prestan los trenes AVE entre Madrid y Ciudad Real y Puertollano transporta anualmente a más de un millón de viajeros, más de diez veces la población de la provincia de Ciudad Real", apunta como ejemplo en su tesina.