Cuando se habla de riqueza, de Producto Interior Bruto o de renta per cápita hay que buscar a Extremadura al final de todas las clasificaciones del país. En el año 1980 la región extremeña contaba con el PIB per cápita más bajo de España, apenas 6.900 euros, y ahí sigue, al final de la tabla más de 30 años después. En el 2014 su PIB era de 15.698 euros.

Extremadura no solo mantiene la posición de cola, sino que además las diferencias con respecto a la autonomía en cabeza antes y ahora se agrandan. En 1980 la distancia era de 9.800 euros y en 2014 superó los 15.100 euros.

Precisamente por estas importantes diferencias, Extremadura se ha unido en la conferencia de presidentes del pasado martes al movimiento que reclama una armonización fiscal en España: impuestos similares para todos con el fin de evitar que la gente «esté domiciliada en Madrid y viva en provincias». Y no solo la gente, sino también las empresas como ocurre con la central nuclear de Almaraz. «En Madrid se pueden bajar impuesto mientras en otros territorios no... Cuando alguién decidió poner una central nuclear en Almaraz debía haber previsto también pagar los impuestos en Extremadura y no en Madrid como ocurre», aseguró el miércoles en Madrid. En definitiva, la región quiere que las comunidades no se hagan la competencia en este sentido. La propuesta de armonizar impuestos se quedó el martes en el aire pero se abordará en las próximas reuniones sobre el nuevo modelo de financiación.

El acuerdo no será fácil pero hay hasta final de año para intentarlo, al menos es el plazo marcado en la reunión del pasado martes para intentar cambiar la forma de repartir los fondos estatales y lograr un modelo más equitativo y solidario de los fondos estatales. Las demandas de Extremadura pasan por tener en cuenta las peculiaridades de la región como son la dispersión geográfica y el envejecimiento para lograr los fondos suficientes para hacer sostenible el Estado del Bienestar, especialmente el sistema sanitario, que se lleva un tercio del presupuesto de la comunidad. «Hay que poner la lupa en la sanidad», explicó el presidente extremeño. Ocurre lo mismo con el sistema educativo, disperso, perdiendo alumnos y con una calidad cuestionada en el último informe PISA, que coloca a los alumnos extremeños a la cola del país. No se olvida Fernández Vara de otras demandas históricas de la región referentes al transporte, que no planteó ante los presidentes autonómicos pero que no dejará de hacerlo ante el Gobierno central: «España está en deuda con Extremadura, una deuda brutal que tiene que ver con las comunicaciones y nadie duda de que esa deuda existe», dijo el miércoles. «Extremadura necesita una fecha lo antes posible para poder llevar a cabo «su esperanza» en esta materia.