Los católicos extremeños vivieron con intensidad el día de duelo por la muerte de Juan Pablo II. Las campanas de los templos extremeños y las homilías dedicadas a pedir por el Papa se prodigaron por todas las iglesias de la región.

Pero donde con más intensidad se vivió esta jornada fue en Plasencia. Miles de fieles acudieron durante toda la jornada al santuario de Nuestra Señora la Virgen del Puerto para homenajear a su patrona y acompañarla en su ´día grande´, que estuvo dedicado también a la memoria del Papa Juan Pablo II.

En Badajoz, varios centenares de personas acudieron a la ceremonia oficiada en la catedral por el arzobispo, Santiago García-Aracil, mientras que en Cáceres, todas las misas pidieron por Juan Pablo II. Las banderas de los organismos públicos estaban a media asta.

En Mérida, la muerte del Santo Padre estuvo marcada sobre todo en las plegarias que los ciudadanos hicieron en las iglesias de la ciudad y en las misas, donde los sacerdotes destacaron la figura de Juan Pablo II, más aún cuando el Pontífice fue el creador de la provincia eclesiástica de Mérida-Badajoz, mediante su Bula Universale Ecclesiae, de 28 de julio de 1994.

Sin embargo, en la mayoría de los edificios públicos de la capital extremeña las banderas no ondeaban a media asta en señal de luto.

En Zafra, en señal de respeto, la Hermandad de Nuestra Señora de Belén suspendió el programa de actividades culturales y musicales de la romería del Domingo de Quasimodo.

También el mundo del deporte de la región se sumó a la jornada de luto por el fallecimiento de Juan Pablo II. En todos los eventos deportivos previstos para el domingo se guardó un minuto de silencio o se portaron brazaletes negros.