Extremadura es la región, junto a Baleares, La Rioja y Cantabria, en la que más se ha reducido la mortalidad en los últimos veinte años debido a la intervención de los servicios de asistencia sanitaria. Es lo que se conoce como mortalidad evitable --actuaciones médicas que han evitado la muerte de enfermos de cáncer, diabetes, sida, asma, hipertensión arterial, o enfermedades cardiovasculares-- y en este período ha caído un 30% en la región, frente al 26% de media en España. Así aparece reflejado en el informe 2006 elaborado por la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas), presentado ayer en Mérida, y que analiza los desajustes en la salud en el mundo desarrollado.

Ese estudio, en el que han colaborado cincuenta expertos, destaca que la situación sanitaria en Extremadura "es buena y equivalente a la de cualquier otra comunidad", según Luis Palomo, médico extremeño y uno de los editores del informe. Sin embargo, el "esfuerzo inversor y asistencial" hecho en la región ha dado resultados, reduciendo la mortalidad evitable en los últimos años.

Esa evolución ha pasado en este período de 125 muertes evitables por cada 100.000 habitantes a apenas 85. Sin embargo, no llega al 1% el descenso de este indicador sanitario como consecuencia de las políticas sanitarias intersectoriales llevadas a cabo.

Sanidad sin diferencias

En esta apreciación coincide el presidente de Sespas, José Ramón Repullo-Labrador, para el que "no hay una foto distinta de Extremadura", respecto al resto del conjunto español. Este experto resalta que el informe trata de constatar los cambios o desajustes que se producen en el conjunto de las sociedades desarrolladas en las formas de vivir, enfermar y morir, así como los retos futuros que plantean esos cambios.

Al margen de estos datos más actuales, el estudio también analiza cuestiones como la esperanza de vida al nacer y la situación de los hospitales de agudos, aunque registra datos correspondientes a los años 1998, 1995 y 2001, respectivamente. Teniendo en cuenta esas cifras, los extremeños viven una media de 78 años, mientras está por debajo de la media española en atención en los hospitales.

A este respecto, el consejero de Sanidad, Guillermo Fernández Vara, destaca que la esperanza de vida en Extremadura ha aumentado en diez años.

Ahora, aseguran los expertos, el peligro es el incremento significativo de las enfermedades psíquicas si se mantiene el nivel de desarrollo actual en España, que conlleva también la inmigración y el envejecimiento. Palomo avisa que la depresión será el segundo problema de salud en el 2020, mientras que la tasa de suicidio es de 8 por cada cien mil personas.