La caída de la natalidad que viene acusando toda España en las últimas décadas va a tener una consecuencia inmediata en la oferta educativa de Extremadura. En dos localidades del ámbito rural extremeño, en Llerena y Castuera, se ha planteado, y se tiene prácticamente decidido, que el próximo curso se van a fusionar administrativamente los dos institutos de carácter público que a día de hoy están abiertos en cada una de ellas. Aún no se le ha comunicado oficialmente a los cuatro centros en cuestión desde la Consejería de Educación, pero el hecho de que en las comisiones de escolarización que acaban de formalizarse se esté informando a los padres de que solo pueden inscribir a sus hijos en un instituto de la localidad, lo deja bastante claro.

Se trata de los IES Cieza de León y Fernando Robina, de Llerena, y los institutos La Serena y Manuel Godoy de Castuera. No hay datos exactos, pero las estimaciones de los respectivos equipos directivos y los ayuntamientos hablan de un descenso en el número de alumnos que se sitúa en torno al 30%. En el caso de Llerena, el Cieza de León llegó a superar no hace muchos años los 600 alumnos, y ahora se encuentra en torno a los 560. El caso del Fernando Robina es más evidente, ya que ahora no llega a los 300, cuando no hace mucho que superaba los 700 alumnos en sus aulas. La situación en Castuera es similar. El Manuel Godoy llegó a tener 700 alumnos, pero ahora no llega a 300.

El alcalde de la localidad, Francisco Martos, no achaca esta situación solo a la pérdida de población y al descenso de la natalidad, sino que también lo relaciona con la progresiva apertura de centros en las localidades cercanas, que anteriormente "surtían" de alumnos a esta localidad pacense, que ha visto muy reducida su zona de influencia con el paso de los años.

En Llerena el descenso en el número de alumnos se ha producido en los últimos diez o doce años. "Yo estaba en el grupo F, y ahora no llegan a dos aulas por curso", señala Maribel Rengel, actual concejala de Educación, que estudió en uno de los centros hace una década.

MENOS ALUMNOS La pérdida de alumnos es la razón principal esgrimida por la administración educativa para acometer un procedimiento de unificación de centros, que de no cambiar la tendencia actual de las cifras de natalidad, podría extenderse en el futuro a otras localidades. De hecho, era una solución que venía "acechando" desde hace algunos años en Llerena, según la concejala, que además señala que el proceso de escolarización recientemente iniciado desvela que este mismo problema para completar las aulas en los centros de secundaria comienza a aflorar en los colegios de educación infantil y primaria, aunque por el momento no se ha planteado ninguna reestructuración de los centros.

La administración educativa ha respondido hasta la fecha con un mensaje de tranquilidad ante un proceso que califica como "meramente técnico", puesto que la unificación no significará echar el cierre a ninguno de los dos centros de cada localidad, sino que implicará la unión de los dos equipos directivos y los diferentes departamentos en los que se organiza su oferta educativa, pero las clases se seguirán dando en las aulas de sendos institutos.

"Lo importante es que los alumnos puedan realizar los itinerarios formativos adecuados, y que tengan un número determinado para poder mantener todas las unidades de bachillerato". Son palabras del director general de Política Educativa, Felipe Gómez Valhondo, de hace una semana, cuando fue preguntado por este asunto en una rueda de prensa en Mérida. Lo cierto es que cuantos menos alumnos tiene un instituto, más reducida queda la oferta educativa en los cursos de bachillerato y de los ciclos formativos de Formación Profesional, en caso de que en ellos se imparta, como es el caso de los cuatro centros afectados en Castuera y Llerena. Es inviable mantener un instituto abierto en el que se ofrece todo un ciclo formativo de administración y finanzas, por ejemplo, cuando no hay estudiantes suficientes para completar una clase. Por ello, desde la Consejería de Educación se mantiene que esta decisión no tiene otra intención que mejorar la calidad educativa del alumnado.

Este argumento no convence a la oposición, a la que todo este procedimiento ha despertado mucha dudas. El responsable en materia educativa del PP de Extremadura, César Díez Solís, solicitó a la Consejería de Educación que aclare sus "intenciones" respecto a la unificación de centros de enseñanza en la comunidad, y manifestó su "temor" a que estas fusiones, que en la práctica supondrá a su juicio la "desaparición" de algunos centros, "vayan a primar intereses meramente presupuestarios antes que los intereses educativos y de calidad de la educación", indicó.

El PP pregunta a la Junta por las "consecuencias directas" de la posible fusión, como pérdida de puestos de trabajo para docentes y personal laboral, incremento de las ratios, eficacia y calidad de la enseñanza y, si estas fusiones se adaptan a los objetivos que la nueva Ley de Educación pretende alcanzar.

Sobre el proceso de fusión de los institutos se viene hablando desde el pasado verano. En ese momento, la Consejería de Educación puso sobre la mesa unos datos que planteaban la inviabilidad de mantener abiertos dos centros en cada una de estas localidades. Desde ese momento, se han celebrado reuniones en las que ha participado toda la comunidad educativa. El alcalde de Castuera manifiesta que la decisión que adopte los miembros de dicha comunidad será la que prime. En Llerena, el ayuntamiento defiende los argumentos expuestos por la administración regional, aunque reconoce que la decisión no ha sido apoyada unánimemente por profesores y padres de los alumnos. "Nosotros tenemos que pensar con la cabeza fría", señala la concejala de Educación de Llerena, quien también ve un lado positivo al proceso de unificación, y es que el resultante sería el centro de referencia en la comarca, y permitiría ampliar la oferta formativa actual.