El cooperante pacense de la organización Sáhara Thwara , Javier Sopeña, considera que en la situación actual en esa zona de Africa, tras el desmantelamiento del campamento Dignidad por parte de las fuerzas armadas marroquís y la represión posterior, el pueblo saharaui está "abocado a una guerra si antes no le para los pies a Marruecos alguna potencia o algún organismo internacional; alguien que le frene de forma física y le diga: deja ya de matar saharauis", según señaló ayer en rueda de prensa en Madrid y amplió a este diario.

Sopeña, que ha permanecido siete días escondido y protegido por familias saharauis en El Aaiún, manifestó que "todo aquello está ahora hecho polvo", y criticó al Gobierno español, ya que a su juicio "falta contundencia con Marruecos. Es necesario que el Ejecutivo diga algo".

También lamenta que todos los partidos "estén con el Sáhara hasta que llegan al Gobierno", momento a partir del cual considera que miran para otro lado.

A pesar de su situación --perseguido por las autoridades marroquís, que el pasado sábado anunciaron públicamente que serían expulsados del país si se entregaban y que no serían juzgados por no tener constancia de que hubieran violado alguna ley--, el activista pacense insistió en que "no teníamos ganas de irnos. Nos hemos venido porque no podíamos trabajar y ya resultábamos un peligro para las familias saharauis que nos estaban protegiendo".

No obstante, anunció que desde España y hasta que puedan volver al Sáhara Occidental, seguirán, él y otros cooperantes, informando y denunciando la situación de represión que padece el pueblo saharaui por parte de las fuerzas marroquís. Y señaló además sobre El Aaiún que acaba de dejar atrás, que "ahora no hay resistencia contra el ejército marroquí después de tres días entrando en las casas, llevándose a la gente y haciéndola desaparecer".

Javier Sopeña se preguntó "qué está pasando, porque la gente está desapareciendo, pero nosotros no podíamos ir a las casas a hablar con las familias; ni al río a comprobar si había cuerpos como nos decían. No teníamos manera de contrastar lo que estaba pasando porque Marruecos no permite absolutamente nada".

DUDAS SOBRE LA SEGURIDAD Los dos días antes de salir a la calle para llegar a la Casa de España en El Aaiún, donde debían facilitarles documentos, salvoconducto y pasajes de avión a él y a su compañera Silvia, los pasó "oculto, yendo de un lugar a otro, con la infraestructura saharaui". La salida, dijo, "la planeamos con apoyo del Observatorio de Derechos Humanos de Badajoz y con Sahara Thawra , y con la palabra del Ministerio de Asuntos Exteriores, que garantizaba nuestra seguridad, cosa que no nos creíamos".

Sobre la estrategia para salir de sus escondites y llegar a El Aaiún, "no podemos detallarla, por seguridad, pero llegamos a la Casa de España seguidos por la policía. Nos siguieron todo el rato cuando íbamos con Mariano Collado (el responsable de la Casa de España en El Aaiún)".

Sopeña afirmó a esta redacción que viajará a Badajoz esta misma semana si le es posible.

Durante la comparecencia en Madrid, ambos activistas de Sáhara Thawra denunciaron también la extrema violencia que empleó el Ejército marroquí durante el desalojo del campamento el pasado 8 de noviembre.

Silvia García aseguró que los marroquís "no querían echarnos, querían matarnos", y relató cómo un periodista estadounidense fue golpeado al creer que era español. "Luego la Policía se disculpó y le explicó que le habían confundido con un español", indicó la activista.

Ambos son muy críticos con la postura del Gobierno español y de la clase política. "Queremos denunciar claramente la falta de posicionamiento", dijo Silvia García.

"El campamento ha sido arrasado, entran en las casas de El Aaiún y detienen a los saharauis que participaron en el campamento o en las protestas, expulsan a periodistas. Y no hacen nada", afirmó García al ser interrogada por la actitud del Gobierno.