Las familias extremeñas, junto a las aragonesas, son las peor tratadas fiscalmente en todo el país, según un informe del Instituto de Estudios Fiscales (IEF), que analiza qué deducciones han incorporado las distintas Comunidades Autónomas al tramo cedido del IRPF, donde se otorga capacidad normativa a los gobiernos regionales sobre el 33% de la tarifa de este impuesto.

Así, salvo Extremadura y Aragón, todos los ejecutivos autonómicos han usado esa posibilidad para beneficiar a las familias. La deducción fiscal más extendida es la que se aplica a los hijos menores de tres años, que disfrutan familias en siete comunidades.

Además, el nacimiento o adopción tienen rebajas en seis comunidades, los partos múltiples en cinco, y las minusvalías, gastos de estudios y familias numerosas en otras tres regiones. Finalmente, hay autonomías donde se beneficia fiscalmente la adopción internacional, el acogimiento de menores o mayores de 65 años, la existencia de ascendientes y la realización de labores no remuneradas en el hogar.

Todo ello configura un marco de exenciones en el pago a Hacienda que se añade a las recogidas en la normativa estatal, y que según el IEF, busca "compensar las cargas personales y familiares", dándose en ciertos casos una finalidad añadida, como es la de incentivar comportamientos como el incremento dela natalidad, la conciliación de la vida laboral y familiar y el acogimiento familiar.

REPARTO INJUSTO A juicio de los autores del estudio, la diversidad de deducciones familiares y, sobre todo, el hecho de que haya regiones que no aplican ninguna, como es el caso extremeño, provoca "la ruptura del principio de equidad interpersonal", al suponer "un tratamiento desigual de familias homogéneas en función del lugar de residencia, y una redistribución de la renta desigual en cada Comunidad".

Por ello, reclaman un esfuerzo de coordinación entre regiones que evite los agravios que pueden terminar con el carácter del IRPF como "eje fundamental de la función redistributiva".

Esta preocupación está fundamentada en el análisis de las diferencias que se producen en lo que deben pagar a Hacienda las familias según residan en uno u otro punto del país. En términos generales, el estudio señala que una familia con similares características de composición, tamaño y situación, puede llegar a descontar de su renta como ingresos no sometidos al impuesto hasta un 70% más en una región que en otra, según los respectivos gobiernos autonómicos hayan decidido o no establecer rebajas fiscales.

EFECTOS REALES Sin embargo, el estudio no que limita a exponer las medidas que rigen en cada región, sino que analiza su repercusión real con familias tipo . Para ello, y buscando una mayor justicia en el análisis se tiene en cuenta una circunstancia: la normativa estatal fija mínimos de renta exentos de pagar IRPF (familiar, personal, por hijo... ) iguales para toda España.

Contra lo que pudiera parecer, el efecto de estas rebajas no es igual para todos. Esto viene motivado porque en regiones como la extremeña el coste de la cesta de la compra y de los servicios básicos es inferior al de otras como Madrid o Cataluña. Es decir, una familia extremeña puede comprar más con lo que la Hacienda nacional le exime del impuesto que una catalana o madrileña.

Hecha la corrección, que establece la igualdad en poder de compra, el informe se fija, en primer lugar, en un núcleo familiar compuesto por dos adultos y cuatro niños (dos menores de tres años y dos mayores de esa edad). Si esa familia vive en Extremadura, dispondrá de 18.210 euros de ingresos por los que no pagará impuestos. En cambio, si vive en Madrid, la exención de impuestos llegará hasta los 27.800 euros, y hasta los 25.100 si vive en Castilla y León. Es decir, la familia madrileña tendría 9.600 euros reales más que la extremeña libres de impuestos.

En el caso de un núcleo compuesto por dos adultos y dos niños de menos de tres años, en Extremadura disfrutaría de 13.300 libres de IRPF, que en madrid serían 23.400, casi el doble.

Caso similar se daría en una familia monoparental con dos hijos de menos de tres años, que en Extremadura tendría 11.900 euros sin impuestos y en Madrid más de 22.000 euros.

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