Fátima Ortiz está al frente del Juzgado número 1 de Violencia sobre la Mujer --el único exclusivo en Extremadura-- desde su creación, hace un año. Antes pasó por uno de instrucción en Vitoria y otro penal y de instrucción en Olivenza. Ahora agradece contar con más tiempo para tratar casos que muchas veces lo requieren, pero su gran esperanza es que esos casos sean cada vez menos y disminuya este problema.

--¿Qué balance realiza del primer año de funcionamiento?

--Creo que el balance es positivo, que el juzgado funciona con normalidad y celeridad. Tenemos una media de 16 o 17 procedimientos vivos (pendientes de resolución) durante todo el año, lo que quiere decir que todos los asuntos que nos llegan, salen muy rápido. En total, el juzgado ha comenzado los trámites de 433 procedimientos penales, de los cuales solo estaban vivos el 31 de diciembre 14 procedimientos penales, que son muy pocos. Además, se han dictado 101 sentencias condenatorias de conformidad por delito y ha habido 27 faltas, de las cuales 17 condenas fueron condenatorias. Por otro lado, se han solicitado 173 órdenes de protección, de las cuales se han concedido 147.

--¿Hay una media de casos a la semana, por ejemplo?

--No, el ritmo varía. Hay semanas que tenemos 10 casos y otras que tenemos tres o cuatro. No sé si depende de las épocas o qué, pero nunca se sabe.

--¿Existen coincidencias o cada historia es distinta?

--Desde el punto de vista de la persona a la que se le imputa la infracción penal, hay gente de todo tipo, tanto desde una perspectiva económica como formativa. No podría decir que abundan este tipo de infracciones en las clases económicas inferiores, no, las hay en todas.

--Supongo que eso se traslada a las víctimas.

--Exactamente. La verdad es que este problema se da en todo tipo de personas.

--¿Cuáles son las medidas más comunes: penales, protección...?

--Las medidas de carácter penal que se suelen adoptar son la prohibición de aproximación y de comunicación, del agresor con la víctima. Y luego, cuando existen hijos menores y no existe ninguna regulación judicial de medidas en torno a esos hijos o menores, si la parte o el fiscal lo solicita, también se pueden adoptar medidas civiles, como la guardia y custodio y la patria potestad, el régimen de visitas a los menores, los alimentos a los menores y el uso del domicilio familiar.

--Usted ya tenía experiencia en otros juzgados que no se dedicaban a la violencia sobre la mujer en exclusiva, ¿cuáles son las diferencias?

--La principal es que este tema requiere tiempo de trabajo. Es decir, las declaraciones suelen ser exhaustivas, largas, porque hay que preguntar sobre muchos aspectos y hay muchos casos en los que no se denuncia un hecho concreto (como una amenaza que ha pasado tal día), sino muchos, porque es una situación que a lo mejor llevan viviendo muchos años; entonces la declaración es muy larga. Por eso, se requiere tiempo y los juzgados exclusivos lo tienen para llevar a cabo una instrucción completa. En cambio, en otros órganos jurisdiccionales pues hay delitos que se instruyen rápido, en los que las declaraciones son más cortas. Son totalmente diferentes.

--¿Cree que en el futuro se abrirán más juzgados exclusivos en Extremadura?

--Eso es una decisión política que yo no sé si llegará a adoptar o no. Lo ignoro.

--En lo que suelen coincidir los agentes que trabajan en el ámbito de violencia de género es en que los recursos han mejorado mucho y la atención ya está bien cubierta, pero aún falta concienciación.

--Estoy de acuerdo. Me parece que ciertos comportamientos no se deben aceptar; es vital para tratar de conseguir que no se produzcan actos de este tipo. Creo que la educación es fundamental y que el ciudadano tenga conocimiento de que determinados comportamientos, hoy en día con la legislación que tenemos, son constitutivos de infracciones penales. Comportamientos que, a lo mejor, hay personas a las que les puede parecer que eso no puede ser una infracción penal y deben saberlo.

--¿Cómo piensa, desde su experiencia, que evolucionará este problema en el futuro?

--Creo que el ciudadano cada vez está más concienciado de que existen determinados comportamientos que son intolerables. Y de que violencia de género no solo es la agresión física, sino que otros comportamientos, como una amenaza o un insulto, también son violencia de género. Creo que gracias a diferentes medios, entre ellos los propios medios de comunicación, al ciudadano le ha llegado la idea de que ese tipo de comportamientos que yo le he indicado son violencia de género y la ley les sanciona. Por eso, espero que los casos de violencia de género vayan disminuyendo cada vez más, aunque creo que, como la mayoría de las infracciones penales, siempre existirán. No creo que desaparezcan en su totalidad, ojalá fuera así, pero yo creo que no. Y espero que disminuyan.