El Príncipe Felipe y su prometida, Letizia Ortiz, realizaron ayer el gran ensayo general de su boda. Primero, en la catedral de la Almudena. Y luego, en la Basílica de Atocha. Hasta ahora, ambos templos sólo habían recibido la visita de figurantes. Los novios estuvieron acompañados ayer por la reina Sofía --que también acudió a la catedral el martes y el miércoles--, las infantas Elena y Cristina y sus cinco hijos. Todo está ya a punto para el enlace. Por si alguien a estas alturas no lo sabe, la cita es mañana a las 11.00.

Poco antes de las 12.00, los novios salieron de la Almudena. Los cientos de curiosos que se habían agolpado en las inmediaciones de la calle Bailén no pararon de lanzar vítores a la pareja. "Guapos, guapos" y "viva el Príncipe" fueron los gritos que más se repitieron. Todo el mundo parecía encantado con la pareja. Sin embargo, algunos pusieron en duda la capacidad de Letizia para convertirse en reina de España. Eso sí, lo hicieron en voz baja. "Yo hubiera preferido alguien de otra cuna", cuchicheó una señora de avanzada edad.

La multitud que ayer se dio cita en la Almudena es sólo una prueba más de que todo lo relativo al enlace real es un auténtico imán. Medio Madrid --sin exagerar-- se echó a las calles. La plaza de Oriente se convirtió en un hervidero. Había tanta gente que en determinados tramos era imposible caminar. Entre la multitud, sólo había un tema de conversación: la boda. Todos daban la impresión de saber de pé a pa los detalles de la ceremonia.

DESDE BOLIVIA Luciano Sacramento y Carlos Bonilla eran dos de los más sabidillos . Este extremo no se convertiría en noticia de no ser porque ambos se han hecho miles de kilómetros para ser testigos directos del acontecimiento real. Luciano vive en Brasil. Y Carlos Bonilla, en Colombia. Hace un año, ambos conocieron a través de internet a Miguel, un joven que vive en la Gran Vía. Ni en sus mejores sueños hubieran imaginado unas vistas mejores. Le llamaron y le rogaron poder okupar el apartamento. Dicho y hecho. "Pedí permiso en el trabajo y no me pusieron inconvenientes. Si me los llegan a poner me hubiera venido igualmente", comentó Carlos Bonilla.

Una vez que la zona estuvo más tranquila, los operarios terminaron de instalar el toldo, que protegerá a los invitados en caso de que mañana llueva. Además, todas las estructuras para cámaras de TVE ya estaban ayer cubiertas con telas rosas con el logotipo del enlace, al igual que muchos balcones de la calle Bailén y Gran Vía. Otros vecinos, más patriotas incluso, colgaron banderas nacionales.

Otro de los elementos que adornan la ciudad --las luces-- también han ejercido de imán para los madrileños. La noche del miércoles y la de ayer, Madrid sufrió un atasco sin precedentes, parecido al del martes. Hasta los policías municipales querían hacer fotos a la Puerta de Alcalá, la Biblioteca Nacional y la fuente de Cibeles, tres de los monumentos emblemáticos teñidos de rosa y amarillo para la ocasión. Había incluso personas que se subieron a sus coches para tener un ángulo mejor.