"Aquí estamos enamorados, comprometidos, convencidos e ilusionados y, por supuesto, entregados al servicio de España y de los españoles". El Príncipe de Asturias y su prometida, Letizia Ortiz, comparecieron ayer juntos por primera vez desde el anuncio de su compromiso matrimonial y, en su debut como pareja, siguieron una apretada agenda. Por la tarde, la pareja hizo una declaración ante los medios de comunicación que también fue toda una declaración de principios. Por la noche, acudieron a un concierto del violoncelista Rostropovich en el Teatro Real de Madrid.

APERITIVO PARA LA PRENSA

Eran poco más de las seis de la tarde cuando Felipe y su novia, sonrientes y cogidos de la mano, salieron al jardín posterior de la casa en la que vivirán tras la boda para atender a un reducido grupo de periodistas convocados por la Zarzuela. Fue una especie de aperitivo, un regalo para la prensa, a la espera del plato fuerte que se producirá el jueves por la mañana cuando se celebre la petición de mano y se hagan las fotos oficiales de los novios con los Reyes y el resto de sus familiares.

La gran expectativa generada hizo que la Zarzuela optara por sacar a la luz a la pareja. Las consignas estaban claras: unas fotos, una declaración y nada de preguntas. Todas las cuestiones pendientes quedan para el jueves.

El primero en hablar fue el Príncipe, mientras su prometida lo miraba de abajo a arriba, dada la diferencia de estatura. El heredero empezó dando las gracias por "las muestras de afecto" y tiempo le faltó para pasar a la raíz del asunto. "Quiero expresar la muchísima alegría y lo feliz que me hace el compromiso y lo enamorado que estoy de Letizia". Era la primera vez que el Príncipe confesaba en público un sentimiento tan íntimo y, aunque lo dijo con palabras demasiado formales, era evidente que quiso, en primer lugar, confirmar que la razón de su unión era el amor.

Tras asegurar tener el convencimiento de que Letizia es "la persona adecuada con la que compartir la vida y fundar una familia", el Príncipe pasó de la devoción a la obligación: "Como heredero de la Corona, tengo la seguridad de que Letizia reúne todas las cualidades y capacidad para asumir las responsabilidades y funciones como Princesa de Asturias y futura Reina de España".

Sin tomar casi aire, el Príncipe siguió diciendo que su matrimonio servirá para "dar continuidad a la monarquía parlamentaria, tal como consagra la Constitución". Como la cosa se estaba poniendo solemne, Felipe recuperó sus primeras palabras de amor y las unió a su idea de la responsabilidad histórica. La última frase que pronunció fue de las que se recordarán: "Aquí estamos, enamorados, comprometidos, convencidos e ilusionados y, por supuesto, entregados al servicio de España y de los españoles".

"DECISION MEDIDA"

El micrófono doble permitió adivinar que Letizia también hablaría, y lo hizo asegurando que entendía "la sorpresa que ha causado la decisión" e hizo público el "amor profundo" que la une al Príncipe. Con la contundencia de quien sabe cómo dar credibilidad a lo que dice, Letizia sentenció: "Nuestra relación es fruto de una decisión medida, de una reflexión intensa y, sobre todo, con el peso y la solidez del amor profundo que nos tenemos y del proyecto común que iniciamos".

Letizia hizo una referencia a la profesión que ya ha abandonado y dijo que, desde muy joven, ha ejercido con "ganas, ilusión y fuerza", y añadió que llevará esas características a su nuevo empeño: "Afronto la etapa que iniciamos con responsabilidad, con ilusión y con vocación de servicio a los españoles". Tras la contundentes palabras de la futura princesa, Felipe confirmó la asistencia de la pareja al concierto de Rostropovich, tomó a su novia de la cintura y juntos volvieron a entrar en la casa que albergará su amor y su trabajo.