Mismos puestos de trabajo, inversión, fecha de entrada en funcionamiento o capacidad de transformación. ICG 2000 Industrialización ha anunciado hasta el momento otros dos proyectos calcados al de Trujillo, pero situados en las localidades de Xinzo de Limia (Orense) y Cubillos del Sil (León). Además, ha avanzado que prepara un cuarto.

El del municipio orensano es el que se encuentra, dicen, más avanzado. Se presentó a mediados del año pasado en la diputación provincial. Según Fernando Ramón, presidente de ICG 2000, los primeros trabajos de construcción se iniciarán a finales del mes próximo. El alcalde de Xinzo, Antonio Pérez, reconoce que de la empresa promotora sabe "poco". "Lo que me interesa es que creen puestos de trabajo", justifica. "Nosotros no perdemos nada. Tenemos que hacer la ampliación del polígono de todas formas y ojalá salga esto". Pérez afirma que los trámites van "según lo previsto", aunque añade que de momento solo cuentan con el anteproyecto que presentó la firma promotora, y que aún no se han sentado a hablar sobre cuál será la fórmula de cesión de los terrenos.

Recientemente, ICG 2000 Industrialización también comunicó su intención de instalar otro Cicat en Cubillos del Sil, en la comarca de El Bierzo, apenas a siete kilómetros de Ponferrada. Como en el caso de Trujillo y Xinzo, el proyecto fue declarado de interés social. Una información publicada la semana pasada por La Crónica de León recogía los recelos del portavoz del Movimiento Alternativo Social (Mass) en el Ayuntamiento de Cubillos, Tomás Ramos, ante la posibilidad de que este proyecto sea un bluf empresarial.

En su opinión, es muy raro que esta empresa pretenda hacer tres inversiones de esta magnitud a la vez y tan cerca en el caso de Xinzo y Cubillos --unos 170 kilómetros--, por lo que teme que se trate de una "cazasubvenciones ". Precisamente, días antes, en otra información de La Crónica de León que incluía unas declaraciones de Fernando Ramón a Radio Bierzo, se cifraba en unos 20 millones de euros la subvención que se necesitaría de la Junta de Castilla y León para dar viabilidad al proyecto.

Por otro lado, la iniciativa de Trujillo no es la primera que presenta ICG en la región. En el 2009 esta empresa resultó adjudicataria en el concurso convocado por el Ayuntamiento de Badajoz para explotar las instalaciones de lo que hasta aquel momento había sido el matadero municipal. Concurrió con una oferta muy superior a la estipulada en las bases, 600.000 euros anuales de canon, además de otras mejoras, cuando el precio base era de 450.000. ICG había anunciado su objetivo de poner en marcha en la capital pacense un centro de investigación cárnica de alta tecnología, con una inversión de 78 millones de euros, que significarían 250 nuevos empleos directos y otros tantos indirectos.

Finalmente no se hizo cargo de las instalaciones al no presentar un aval necesario de 8,4 millones de euros, la cifra estipulada en las bases de la convocatoria, algo que se justificó en la falta de una garantía recíproca. El concejal pacense de Hacienda, Comercio, Mercados y del Matadero, Alberto Astorga, indicó en aquel momento que la inversión estaba proyectada mediante "financiación por préstamo y una subvención, supongo que de la Junta", y que lo que se había pedido era presentar los avales conforme avanzaran las diferentes fases del proyecto y "mediante derechos a terceros, lo que vulneraba las bases de las convocatoria y no permite la Ley de Contratos del Estado". Según Fernando Ramón, en este "desastre" perdieron más de millón y medio de euros.